Ferrovial podría negociar un acuerdo con Países Bajos que garantice estabilidad impositiva a largo plazo y reduzca incertidumbres, pero tendrá que estar adaptado a las leyes vigentes porque este “no es un paraíso fiscal”, según expertos consultados por EFE, que señalan varios factores del “buen clima de inversión” neerlandés.
En las semanas previas a que Ferrovial anunciara su plan de trasladar su sede social, surgía el debate en Países Bajos sobre “si aún existe un clima de negocios atractivo”. La asociación de empleadores VNO-NCW admitía “una caída en el atractivo empresarial debido a un régimen tributario menos solidario con las compañías”, señaló Henk Volberda, profesor de Estrategia e Innovación de la Escuela de Negocios de la Universidad de Ámsterdam.
“Si miramos puramente los datos, el impuesto sobre la renta para las empresas en ambos países es del 25 % y sobre los dividendos es más alto en Países Bajos que en España. Países Bajos no es la entidad fiscal más atractiva, para eso deberías ir a Luxemburgo, Irlanda, Suiza o incluso Reino Unido, ahora que ya no es miembro de la UE. La fiscalidad no explicaría la reubicación de Ferrovial, creo que hay otras razones”, subraya.
Como ejemplo señala la “caja de innovación” por la que las ganancias que provienen de inversiones en I+D solo tributan al 9 %, y también “se pueden traer gastos de la empresa en otros territorios al país de la sede corporativa para reducir su ganancia total, lo que supone menos impuestos”.
Además, la reubicación de personal a Países Bajos tiene ventajas fiscales, puesto que el empleado está exento de pagar impuestos sobre el 30 % de sus ingresos durante tres años.
“Es una sociedad con orientación muy internacional, todo el mundo habla inglés, hay personal altamente formado, infraestructura moderna y se pueden alcanzar buenos compromisos con la oficina de impuestos, no para pagar la tasa más bajos, pero sí para alcanzar un acuerdo a largo plazo con compromisos para reducir la incertidumbre”, añadió.
Pero cualquier acuerdo “tendrá siempre que encajar en las leyes fiscales vigentes”, sentenció.
El escrutinio a los acuerdos con la Agencia Tributaria aumentó desde el escándalo de Starbucks en 2015. El gigante estadounidense del café tenía un acuerdo fiscal especial que le permitió desde 2008 ahorrar el pago de hasta 30 millones en impuestos a su sede en Países Bajos.
Ferrovial llegaría en un momento algo escéptico para la comunidad empresarial neerlandesa, que se reunió en febrero con el primer ministro Mark Rutte y siete ministros para discutir el clima empresarial. Aunque creen que “es razonablemente bueno”, hay puntos de preocupación.
“Se quejan de que los impuestos a las empresas aumentan cuando el gobierno promete bajarlos; tienen que cumplir con demasiadas regulaciones que les llevan tiempo; hay mucha fragmentación en la sociedad neerlandesa; y algunos incluso dicen que ven sentimientos negativos hacia las grandes empresas”, explica Volberda.