La calabaza se ha convertido en uno de los alimentos típicos con la llegada del otoño. A pesar de utilizarse principalmente como decoración en Halloween, la calabaza es una hortaliza que posee grandes propiedades culinarias, tanto para platos dulces como salados, y múltiples beneficios para nuestra salud.
Gran parte de las calabazas que podemos adquirir hoy en los mercados y supermercados tienen su origen es especies cultivadas en México, pertenecientes al género Cucurbita. De hecho, según los expertos se trata de la primera planta cultivada en Mesoamérica hace unos 10.000 años.
Esta hortaliza es rica en fibras solubles, betacaroteno (provitamina A), vitamina C y E, licopeno y vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6) y ácido fólico. Además, entre sus minerales destacan el fósforo, magnesio, hierro, potasio y cinc.
No obstante, la característica principal de la calabaza es que posee un 90% de agua en su composición. Igualmente, se considera uno de los alimentos indispensables a la hora de llevar a cabo una dieta saludable o de pérdida de peso debido a su bajo aporte calórico, 27 kcal cada 100 g.
Por otro lado, la calabaza es una de las hortalizas con más beneficios para la salud, ayudándonos a cuidar de nuestra presión arterial y salud ocular, a reducir la hipertensión, contra la retención de líquidos, como antioxidante o contra la diabetes.
Además, un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard afirmaba que el consumo de hierro procedente de fuentes vegetales como la calabaza, las espinacas o la remolacha podía favorecer la fertilidad entre mujeres de 15 a 49 años aproximadamente.
El consumo de calabaza también sirve para reforzar nuestro sistema inmunitario gracias a su combinación de vitamina C y betacaroteno. Igualmente, algunas investigaciones han demostrado que el consumo de calabaza puede tener beneficios positivos frente al cáncer, concretamente contra el cáncer de próstata y el de colon.
Por último, las semillas de la calabaza también cuentan con grandes propiedades, siendo buenas para disminuir el riesgo de padecer cálculos renales favoreciendo el funcionamiento de la próstata y la vejiga. Incluso ayudan a reducir los niveles de colesterol malo, mejoran la calidad de vida de las personas con osteoporosis y favorecen la producción de la hormona del sueño o serotonina, útiles para casos de ansiedad o problemas para dormir.