Con las lógicas reservas que todo esto conlleva hay un catálogo importante de reacciones a los "OVNIs" y que encajan dentro de un "cuadro clínico" -entiéndase los entrecomillados- que expongo a continuación:
Como efectos fisiológicos habría que destacar que su incidencia en el organismo humano puede afectar de inmediato hasta retrasarse en el tiempo. Entre ellos destacamos:
-Mareos, dolor de cabeza y desorientación.
-Sensación de miedo, angustia.
-Picor de ojos o de piel, en ocasiones se han descrito quemaduras de piel análogas a las que produce el sol en una sobre exposición.
-Paralización de miembros concretos o cuerpo entero.
-Olores intensos relacionados con "metal quemado" o azufre.
-Zumbidos en los oídos de carácter moderado a intenso.
-Dolor en las muelas en especial zona de empastes.
Más extremos:
-Pérdida de peso.
-Pérdida en el nivel de glóbulos blancos.
-Amnesia y terrores nocturnos.
-Estrés.
-Aparición de células cancerosas y del cáncer.
Los efectos parapsicológicos:
Son infrecuentes pero pueden potenciar las capacidades del ser humano tales como la mayor frecuencia en sueños lúcidos o sueños premonitorios o el desarrollo de capacidades telepáticas y telequinéticas.
No tiene porque ser siempre así, en la mayoría de las ocasiones no sucede nada anormal salvo el asombro del testigo pero en ocasiones se producen todas estas incidencias en el ser humano.
El OVNI que detuvo el tiempo
Sucedió un 31 de Enero de 1978. Aquel día el avión de la compañía aérea Aviaco con número 502 cubría la ruta Valencia-Bilbao. Todo discurría con normalidad hasta que su comandante –Carlos García Bermúdez- se dispuso a a atravesar un cúmulo de nubes ya próximo al aeropuerto de Sondika.
La torre de control no autorizó la maniobra de aterrizaje y el avión 502 tuvo que desviar su ruta al cercano aeropuerto de Santander, las malas condiciones meteorológicas no aconsejaban el aterrizaje en la capital vizcaína.
El vuelo se dirigió a Santander, a apenas unos cien kilómetros; calculo el comandante el tiempo en llegar (15 minutos) y tomaron rumbo a Santander.
Frente a ellos surgió una extraña nube lenticular, grande, brillante, densa. Caros García Bermúdez y Antonio Pérez (copiloto) les extrañó aquella mole nubosa. El vuelo de Aviaco comenzó a atravesarla, estaban a 40 kilómetros de Bilbao.
El ordenador de a bordo comenzó a fallar, marcaba la posición al revés y parecía que volaban de regreso al Bilbao. Las comunicaciones con la torre de control no se podían establecer, había una especie de aislamiento electrónico. Durante siete minutos el avión voló a ciegas rumbo a Santander.
Las brújulas giraban de forma descontrolada, nada parecía ir bien, incluso los medios del avión le indicaba que volaban cabeza abajo. Ante esa situación el control manual parecía lo más aconsejable.
El avión concluyó de atravesar aquella extraña nube y la normalidad regresó a la electrónica del 502 pero algo había ocurrido: mientras permanecieron atravesando aquella nube era como si el avión no hubiera avanzado ni un solo kilómetros hacia su destino.
Además aquel trayecto que debería de haberse cubierto en poco menos de un cuarto de hora se tardó en realizarlo más de media hora. De alguna forma perdieron quince minutos de su tiempo sin saber dónde o como lo habían invertido y todo producto de cruzar aquella misteriosa nube con forma lenticular.
Jamás se supo que retuvo al vuelo 502 por más de quince minutos en la nada, sólo que algo muy extraño sucedió el 31 de Enero de 1978 en el cielo de Bilbao.
La cuarta fase
El fenómeno de la abducción y de los encuentros en las diferentes fases con presuntas entidades extraterrestres es algo que inquieta y preocupa. Hay miles de testimonios de personas que dicen haber sido víctimas de este tipo de secuestro y más allá de su realidad esconde un complejo juego entre la psicología, la ficción y lo inexplicado.
“La Cuarta Fase” es el título de una película que impactó a los espectadores que tuvieron la oportunidad de asistir a su proyección e incluso la tomaron por real porque así se hacía, o pretendía, llegar a las personas.
La trama está bien hilada, en pantalla vemos a la conocida actriz Milla Jovovich que avisa que la historia es real y la documentación gráfica se va a ir intercalando con el metraje que dirigió Olatunde Osunsanmi, ello provoca un explosivo y sorprendente film que, desde luego, no nos deja indiferentes.
Así, al más puro estilo de los falsos documentales, se van presentando diferentes personajes, audio original de la presunta doctora Tyler y la opinión de diferentes pacientes reales sobre este apasionante fenómeno.
"En el pueblo de Nome, Alaska. Allí, según la película, ha habido una cantidad desproporcionada de abducciones alienígenas durante los últimos cuarenta años. Milla Jovovich interpreta a la psicoterapeuta Abigail Tyler, quien graba en video sus entrevistas con los abducidos."
Pero tras el sorprendente docu-reality se esconde una película, guionizada, bien tramada, con toda una campaña viral donde se filtraban noticias de desapariciones en los diarios de Alaska antes del estreno para dar mayor credibilidad a la historia y crear un archivo que al buscar por internet información de todo ello parezca que pertenece a una escondida realidad. Para ello se realiza un acuerdo entre la asociación de prensa de Alaska con la Universal Pictures, todo ello para que de cara a posibles reclamaciones sobre la falsedad de las informaciones se pudiera todo explicar satisfactoriamente.
Todo era una ficción con poco de real aunque muchos fueron los que creyeron que “La Cuarta Fase” era verdad.
Sin embargo el caso de las abducciones pertenece a esa misma realidad de personas que dicen haber sido secuestradas por extraterrestres con no se sabe bien que oscuros fines.