El mundo de lo onírico puede llegar a ser un espejo de la realidad que vive una persona; sueños premonitorios, compensatorios y muchas clases más son los que se materializan pero... ¿Se pueden hacer realidad?
Dejando a un lado las teorías ocultistas si es interesante destacar algunos de esos sueños que tuvieron una gran importancia en la Historia de la Humanidad y de las que nos han llegado registros escritos de los mismos.
Algunos ejemplos de ello son, realmente, increíbles pero ciertos, como el que narra la Biblia en el hijo de Jacob. Jose, que soñó “que el sol, la luna y once estrellas se postraban” ante él. Dentro de ese mismo sueño se manifestó la elevación de José para luego de ser vendido como esclavo por sus once hermanos y enviado a prisión en Egipto. Aunque la sorpresa llegaría cuando se convirtió en el hombre más poderoso de Egipto al "traducir" los sueños del faraón.
Siguiendo con la Biblia se cuenta como el faraón soñó que “del Nilo subían siete vacas gordas y de bella presencia, que pastaban entre los juncos. Pero después salieron siete vacas flacas y de fea presencia que se comieron a las primeras”. Eran los siete años de abundancia en Egipto y los siete de ruina que se lograron salvar gracias al consejo de José de hacer acopio de víveres para reservarlos para ser distribuidos en la época de carestía.
La madre de Alejandro Magno, Olimpia, tuvo un sueño inquietante: su marido había puesto en su vientre un sello con la efigie de un león, el sueño sería premonitorio del valor y las conquistas de su hijo que llegaría a ser el "conquistador del mundo".
Un sueño tuvo el propio Alejandro Magno, en el año 332 a.C., durante el asedio a la ciudad fenicia de Tiro, en el año 332 a.C., cuando vio -en sueños- un sátiro danzando sobre un escudo. Aristandro lo interpretó y dijo que satyros (sátiro en Griego) podía ser tomado como sa Tyros, cuyo significado sería “Tiro es tuyo”. El conquistador lanzo un ataque contra la ciudad y logró una importante victoria.
Curioso también el sueño de la reina de Francia, María Antonieta, que vio un sol rojo elevarse por encima de una columna que se desplomó con gran estruendo. Fue interpretado como la próxima llegada de la Revolución Francesa y el fin o caída de la monarquía en un amplio derramamiento de sangre donde ella misma murió guillotinada.
El emperador Napoléon Bonaparte soñó en dos ocasiones con un gato negro y sufrió una irreparable derrota en Waterloo, se relacionó a este animal con el infortunio.
El que fuera carismático presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, soñó que entraba al cuarto oriental de la Casa Blanca y veía un cadáver amortajado que era escoltado por varios soldados preguntó por la identidad del finado a lo que el soldado respondió: "el Presidente ha sido asesinado". Casualidad o no lo cierto es que Lincoln murió días después en un teatro.
Tuvieron más suerte Carlomagno y Schopenhauer que pudieron salvar su vida gracias a los sueños premonitorios que tuvieron.
Constantino “el Grande” soñó, poco antes de la batalla de Puente Milvio, algo muy curioso: al levantar sus ojos hacia el cielo contempló, suspendida, una cruz formada por dos rayos luminosos y con letras de oro una leyenda que decía: "In hoc signo vinces" (Con esta señal vencerás). “Confortado con esta visión, el emperador hizo construir una cruz semejante a la que viera en el cielo” luchando en aquella batalla contra Magencio. A sus tropas mandó pintar una cruz en los escudos y la suerte, en esta ocasión le fue propicia.
El escritor Mark Twain soñó como su hermano Henry estaba dentro de un ataúd metálico y en cuyo pecho había un ramo de flores blancas y una roja. No le dio más importancia pero algunos días más tarde el vapor (barco) en el que viajaba Henry por el río Mississippi se incendió y perdió la vida. Un ramo de rosas rojas se colocó en el ataúd con él lo vio en sus sueños.
El obispo Monseñor Joseph de Lany tuvo un sueño en el que la noche del 27 de junio de 1914 veía como leía su correspondencia, una le llamó la atención pues tenía los sellos imperiales y describía el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria. Un día más tarde un anarquista asesina al archiduque y fue el inicio de la Primera Guerra Mundial.