Outlet, Duty & Free, Tax y otras estafas al bolsillo

Las nuevas formas de fraude al consumidor no descansan. Sobre las ‘rebajas’ de toda la vida, surgen modalidades que nos confunden sobre precios bajos que no son tales.

Outlet, Duty & Free, Tax y otras estafas al bolsillo

Outlet, Duty & Free, Tax y otras estafas al bolsillo / Juan-Carlos Arias

Juan-Carlos Arias

Entre los complejos que podían metabolizarse por los españoles está la creencia que todo lo que vienen de fuera, y especialmente allende Pirineos es mejor que lo patrio, detenta mayor calidad o bien nos hacen exclusivos tenedores de artículos o servicios que nos distinguen de terceros.

Parece que lo que se escribe y pronuncia en inglés o francés eleva la categoría cuando se habla de comprar algo, describir lo exclusivo o lo que literalmente parece subir enteros ante interlocutores. En particular, los anglicismos aceleran esas entendederas que urgen comprar. Un ejemplo es el Black Friday. A ese ‘viernes negro’ le sigue el ‘Cyber Monday’, es decir, un ciberlunes donde lo que no se gastó el viernes anterior debe comprarse, sea lo que sea, el lunes siguiente. Pero hace falta mesura, sensatez, cordura. Recuérdenlo.

¿Y que compramos ese viernes?. La respuesta es lo que no nos hace falta. El truco es acercarnos la ganga que conmueve al más insensible. Vaya, lo que no nos hace falta para vivir o disfrutar del bienestar básico. Ese viernes parece que quien no comenta o ‘disfruta’ alguna compra no es nadie. No existe, está fuera del rebaño pastoreado por los manipuladores que nos hacen comprare compulsivamente, repetimos, lo innecesario.

¿‘Outlets’ del chollo?

Lo que traduciríamos como ‘salida’ es realmente una vieja técnica comercial de angloparlantes para dar salida a partidas de productos invendidos, sobrantes de stocks o lo que antes se metía en rebajas de zapatería como los ‘pares sueltos’.

Los ‘outlets’ suelen ser espacios inmensos espacios a las afueras de grandes poblaciones donde se liquida lo que no se vende en temporada. Esa es la realidad en Sevilla si nos atenemos a los que hay en la carretera de Madrid, cerca de Dos Hermanas y en zona Aljarafe.

Varios polígonos y macro-naves de negociantes orientales calcan el modelo ‘outlet’, pero los precios que se gastan en todos estos establecimientos ni son de chollo, ni liquidan gangas de ‘pares sueltos’, ni merece sea gastado un céntimo porque el ahorro también acusa la calidad del producto o se acerca a la imitación más burda, es decir, vienen de China. La traducción al español de ‘outlet’ cojea, estimados lectores y lectoras.

En el centro de Sevilla la palabra ‘outlet’ se repite en mucha cartelería, en demasiado rótulo. Pero volvemos a lo mismo. Es un gancho para entrar en tiendas con la mente en modo ganga, pero al cabo recordamos aquella máxima que nadie da duros a cuatro pesetas.

Outlets muy interesantes los encontramos en las grandes metrópolis norteamericanas. De 100 dólares pasan a costar 20 o 30. Y bajo el ‘sale’ hay compras que logran pagar unos pocos dólares sobre etiquetas que multiplican el precio original. Spain is different. A codicia más miserable hace de las suyas y se dirige a mentes que compran compulsivamente. Las variables en textiles, regalos, electrodomésticos o autos viejos pero remozados de diversa gama valen para sacar tajada al nombrecito de ‘outlet’.

El timo del duty free

Pasear por las tiendas de cualquier aeropuerto espanta el ojo humano. Chirría la multiplicación del precio más sensato por cualquier artículo. En el de Sevilla no vemos las peores fechorías con etiqueta. Te quitan la botellita de agua y hasta potitos de bebés que valen decenas de céntimos, para venderlos dentro del aeropuerto por varios euros. Magia pura.

Una botella de vino, licores, souvenirs etc... pasan a triplicar cuando menos su precio ante justo o contrario. Bajo el rótulo del Duty free se suponen carencias tributarias al fisco. En España el IVA va, en tales productos, del 5 al 21%. Si no se pagan ese tributos ¿Por qué valen el triple?. Estamos ante alguien que nos abofetea y proclama que no es violento. Es hacernos creer que nos ahorramos el horrible fisco cobrándonos de más ¿Es un fraude?

En el pasado existían duty free de verdad. Amantes del video, fotos, cibernética, etc... viajaban a Amsterdam (Schipol), Nueva York (JFK) o Panamá para comprar últimos modelos ahorrando un 60% sobre precios españoles. Distintos conflictos y denuncias mercantiles internacionales hicieron que los duty free concentraran su meta-mercado en oligopolios.

Disfrutar las tiendas del aeropuerto de Estambul es horrorizarse de cómo Turquía allí vende allí en euros a diez veces lo que vale cualquier artículo en la antigua Constantinopla. Ese país ni está en la Unión Europea, ni quiere engañar al personal cobrándole, por ejemplo, en ese macro-aerodrómo, casi 15€ por una cerveza local de botella. El milagro de la multiplicación de precios se hace banjo banderolas y reclamos del ‘duty free’.

Sin salir de Sevilla muchas tiendas atraen turistas incautos, sobre todo los ávidos de souvenirs ‘hand made’ fabricados en China (otra casualidad) en tiendas que prodigan cartelitos de ‘tax free’. Quien compra cree que lo hace sin pagar impuestos locales, es decir, el IVA. Quien vende llena la tienda de idiotas a los que tima sin recato quizá contemplándolos como borregos que gastan euros sobre dólares, libras o francos que le sobran. El turismo mejor entendido merece mejores modales para no estafar.