Actualizado: 13 dic 2022 / 10:59
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La del antiguo olivar de Lapola, en el pago de Los Pajares de Cantillana, es tierra más que santa. Porque, bendecida por la Virgen, en ella fructificó la multitudinaria romería de la Divina Pastora. Y para hacerla aún más santa, en ella nace también el Señor, en una singular representación que la transforma en el pueblecito en el que Dios quiso venir al mundo encarnado en un Niño.
Es ‘Belén se ha convertido en un pueblo pastoreño’, el Belén viviente de escenas estáticas organizado por el grupo joven de la hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, y que este fin de semana alcanzará su cuarta edición. Es la propia aldea la que le da su identidad, ya que las casas, – pensadas para la celebración y la convivencia en la romería – cuentan en su parte delantera hacia la calle con grandes porches y soportales cubiertos. Estos espacios son los que se toman como escenarios para llevar a cabo la representación.
Los figurantes se mantienen inmóviles durante la representación
Además de la ubicación, su particularidad – y a la vez originalidad – estriba en que los distintos pasajes se representan de forma estática, a modo de grandes cuadros que muestran la historia en cuestión. Ello entraña un gran trabajo previo de montaje y decoración – ya que al no haber acción el componente estético es primordial – y, sobre todo, un gran esfuerzo de los casi 300 figurantes, que han de permanecer totalmente inmóviles durante todo el tiempo que duran las visitas.
Estas no llevan más guía que el recorrido natural trazado por las calles, donde pueden disfrutar de la representación paseando por ellas y recreándose en cada una de las escenas expuestas en las casas. Solo unos carteles muestran el título de la escena y una breve explicación, para dejar que el espectador la interprete y la deguste desde su propia percepción. Es por eso que también podría entenderse también como una exposición viviente de la historia bíblica.
El Belén muestra también escenas de la vida de la Virgen
La historia que este Belén cuenta sin diálogos ni narración comienza antes de la venida del Salvador al mundo. La escenificación se retrotrae para arrancar su exposición con la Natividad de la Virgen. Una fecha plena de significado en esta hermandad, pues es el 8 de septiembre cuando se conmemora el nacimiento de María y cuando Cantillana estalla de júbilo con la festividad de su Divina Pastora. La Virgen es “el inicio del plan salvífico de Dios”, como reseña la cartela explicativa, de ahí que su historia corra también paralela a la del nacimiento de Jesús en este Belén pastoreño.
El siguiente cuadro a contemplar será la infancia de la Virgen, para dar un salto hasta la Anunciación, en la que el ángel Gabriel le hace saber a María que portará en su seno al Hijo de Dios. La visita de la Virgen a su prima Isabel y los desposorios de María y José serán las siguientes dos escenas que podrán admirar continuando el itinerario. Mientras la historia sigue su curso, los visitantes llegarán a la anunciación a los pastores y el palacio de Herodes, hasta encontrar de nuevo a los Santos Esposos buscando posada, siendo la siguiente parada el nacimiento del Divino Pastor.
Pasajes de la infancia de Jesús que no son habituales en otras representaciones
Desde este punto, la puesta en escena proseguirá con una parte de la narración que no acostumbra a incluirse en los belenes vivientes, como los Magos buscando a la estrella, la circuncisión del Señor – novedades en esta edición –, la huida a Egipto y la matanza de los inocentes y la profecía de Simeón. La Sagrada Familia será la escena que este año concluya esta exposición, viviente y efímera, de la historia sagrada.
Junto a los pasajes bíblicos que componen el relato, se superponen distintas escenas costumbristas, que suelen aparecer en cualquier Belén casero, y que dotan de unidad al paseo por las distintas calles dentro de los 5.000 metros cuadrados que abarca la representación. De este modo, se exhiben una sinagoga, un redil de ovejas con sus pastores y pastoras; un río en el que se afanan en ganar el sustento los pescadores y que hay que cruzar por un puente de madera; una tintorería, una panadería, el mercado e incluso una bodega, que de todo había en la Belén de hace 2.022 años, hasta sumar así las 21 escenas que componen este año la representación.
Zambomba y actuaciones de coros pastoreños
‘Belén se ha convertido en un pueblo pastoreño’ abrirá sus puertas este sábado y domingo, 17 y 18 de diciembre, en horario de 17.00 a 19.00 horas. Las entradas podrán adquirirse de forma anticipada en la casa hermandad – sita en la calle Juan Ramón Jiménez de Cantillana – o en la sevillana joyería El Toisón, en la calle Javier Lasso de la Vega, así como en la taquilla durante los dos días de representación, instalada junto a la ermita de la Divina Pastora.
Para aderezar la visita, en la explanada ante el santuario se instalará un ambigú, donde degustar chocolate, dulces típicos e incluso tapas. Y para amenizarla, el domingo tendrá lugar desde las 15.00 horas y en el mismo enclave la zambomba del coro de la Divina Pastora de San Dionisio, de Jerez de la Frontera, mientras que durante la representación el coro de la Divina Pastora de Capuchinos actuará en distintos puntos dentro del recorrido del Belén.
