La misma sonrisa que lleva siglos contagiando a los sevillanos, el mismo sol que empieza a hacerse fuerte cuando baña la Puerta de Palos y el eterno repicar a gloria de la Giralda. También las lágrimas, los rezos y los ritos de quienes han caminado toda una noche para, como desde antaño, poner sus plegarias en manos de la patrona. Así es, nada cambia. El mismo 15 de agosto de siempre pero esta vez con una Virgen de los Reyes algo más niña tras la restauración llevada a cabo por el profesor Arquillo.
Es la mañana de la procesión de tercia de la imagen fernandina por las gradas bajas de la Catedral. Un rito de 90 minutos que este año se presenta sin novedades de relevancia, al margen de la intervención a la que fue sometida la talla el pasado mes de diciembre. Una Virgen de los Reyes que en esta ocasión luce el manto de terciopelo rojo, una de las piezas más ricas de su ajuar, bordada en oro fino con elementos florales en el siglo XIX y donada por la Infanta María Luisa de Borbón, duquesa de Montpensier.
El cortejo de la procesión cruzará la Puerta de Palos a las 7.40 horas. No será hasta las ocho en punto cuando, como marca la tradición, el palio de tumbilla de la patrona –exornado con mil nardos y 60 docenas de claveles– se reencuentre con Sevilla. Tras él podrá verse al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, tras su ausencia por enfermedad el pasado año. También presidirá la misa pontifical que se celebrará en el Altar del Jubileo una vez que finalice el recorrido oficial.
A diferencia de lo ocurrido el último año, habrá una mínima rebaja en la limitación del número de concejales que pueden participar en la procesión. Serán un máximo de cinco ediles por grupo político a los que se sumarán el alcalde y otros dos representantes del gobierno. Entre las novedades estará también el estreno del presidente del Consejo de Cofradías, Joaquín Sainz de la Maza, y los miembros de su junta superior.
En el apartado musical, la banda municipal, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez, irá acompañada del coro Nuestra Señora de la Soledad de Castilleja de la Cuesta –formado íntegramente por mujeres– que cantará las letras de algunas de las marchas que se interpretarán en la procesión. Se trata de un gesto con el que se busca homenajear la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad y, especialmente, el 30 aniversario de la llegada a la formación de la que fue su primera integrante femenina, la alcalareña Rosario Benítez.
Habrá también un importante dispositivo municipal con un centenar de efectivos que garantizarán la seguridad. Asimismo, se reforzarán las líneas de Tussam que unen los barrios con el centro, que adelantarán a las 6.30 horas su primera salida, y los servicios de Lipasam, que utilizarán un producto especial para que la retirada de la cera de las calles sea lo más rápida y eficaz posible.
