GLORIAS
Novedades de la Hiniesta para el Corpus
La Virgen de la Hiniesta Gloriosa ha vuelto a casa. Los seis meses que ha estado en el taller de Pedro Manzano han servido para que la imagen que tallara Antonio Castillo Lastrucci en 1945, en sustitución de la gótica del siglo XIV desaparecida en el incendio de San Julián, recupere todo su esplendor y se presente radiante para pregonar un año más su sevillanía en la víspera del Corpus. La intervención se ha centrado en la reposición de la policromía, descartándose definitivamente que tenga daños estructurales. Pedro Manzano ha hecho un trabajo excelente, que ha requerido de una actuación «amplia» y «laboriosa» al ser una imagen de talla completa. Los mayores males que tenía se concentraban en las zonas próximas a los atributos regios de la imagen: la cabeza con la corona y las manos, donde sostiene el ramillete de flor de retama, las llaves de la ciudad y el bastón de mando de alcaldesa. Aquí el taller de Pedro Manzano se ha empleado a fondo para recuperar aquello que se había ido desgastando con el constante roce de los últimos años. Para conservar lo restablecido mucho más tiempo, la hermandad ha decidido colocar «elementos protectores» en las zonas más sensibles de la Virgen con el objetivo de frenar el posible deterioro que pueda sufrir la policromía en los próximos años. El regreso de la Hiniesta a San Julián marca entonces la cuenta atrás para un nuevo Corpus Christi, este año con novedades. La primera llegará en el tradicional traslado de la imagen al altar del Ayuntamiento. La cofradía ha modificado su itinerario a la plaza de San Francisco: dejará de pasar por Castellar, Feria, San Martín-San Andrés y la Campana para tomar en su lugar por Bustos Tavera, Doña Mª Coronel, Dueñas, Santa Ángela de la Cruz –con visita al convento–, Alcázares, Encarnación, Cuna y Sierpes. La otra novedad estará en el majestuoso altar de la Hiniesta Gloriosa. Por primera contará con dos invitados de excepción: la imagen de San Julián, de la parroquia del mismo nombre; y la de Santa Marina, de la hermandad de la Resurrección. El equipo de priostía quiere así homenajear a las dos iglesias que conforman la parroquia del barrio.