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Actualizado: 19 may 2019 / 07:41 h.
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  • Un pinar completamente calcinado en el espacio protegido de Doñana tras el incendio de 2017. EFE/Julio Muñoz
    Un pinar completamente calcinado en el espacio protegido de Doñana tras el incendio de 2017. EFE/Julio Muñoz

Otra presunta negligencia desata el furor de las llamas en las puertas del Parque Nacional de Doñana. Cerca de doscientas denuncias se acumulan en la delegación de Medio Ambiente de Huelva. La organización ecologista WWF asegura que aún no se está gestionando correctamente el espacio natural y que cada año hay fuegos en Doñana, medio centenar de incendios al año de media, aunque la mayoría no salen en prensa.

Cuando todavía permanecen las imágenes del verano de 2017 con las llamas quemando Doñana, un nuevo incendio en las puertas del Parque Nacional, en el emblemático paraje de Los Mimbrales, vuelve a despertar la pesadilla de los incendios.

De nuevo, como sucediera hace menos de dos años, una negligencia parece ser la causa que originó el fuego. El delegado provincial de Medio Ambiente en la provincia de Huelva, Álvaro Burgos, ya ha apuntado que la investigación aún está en marcha, pero todo “parece indicar que es una imprudencia cometida en el entorno donde surgió el fuego”. El atasco burocrático que sufre la Delegación de Medio Ambiente de Huelva, con casi docientos expedientes de presuntas negligencias en el cajón, es sin duda una de las cuestiones que favorecen que se produzcan desastres. Las denuncias no se resuelven a tiempo y después toca correr con las consecuencias de los daños que causan esas negligencias no atendidas.

Doñana arde todos los años. Esa es la conclusión devastadora de la organización ecologista WWF. En un estudio realizado sobre los incendios realizado por la organización conservacionista, desde el 2010 hasta ahora la media de siniestros forestales en la comarca de Doñana donde actúa el Infoca ronda el medio centenar, aunque algunos no saltan a los medios de comunicación porque no superan el conato (menos de una hectárea). “Respecto a lo que causa el fuego -explica el portavoz de WWF en Doñana, Juan José Carmona-, los análisis son irrefutables: el 90 por ciento al menos son producidos por la mano del ser humano, ya sea intencionados o por imprudencias”. Acciones como tirar un cigarrillo por la ventana del coche en una carretera o tareas agrícolas en momentos no indicados, son acciones habituales que acaban desatando un incendio.

Según datos de WWF, durante muchos años municipios como Aznalcázar o Moguer han liderado el ‘ránking’ de pueblos con mayor número de incendios en toda Andalucía. La actividad humana ha sido en estos municipios la causa fundamental de estos incidentes que acaban en siniestros forestales.

La protección absoluta de un espacio natural como Doñana es imposible. Sobre todo en ambientes de clima mediterráneo, donde hay plantas propensas al fuego e incluso, como señalan algunos expertos, el paisaje se modela con el fuego. “Aunque el fuego siempre va a estar presente, lo que podemos es prevenir y proteger para que esos incendios no sean grandes ni devastadores a causa de una mala gestión”, explica el portavoz de WWF en Doñana. “Doñana tiene zonas de montes que necesita una limpieza tanto en lo que se refiere a la basura como en lo que tiene que ver con entresaca de pinares”, asevera Juan José Carmona. En este sentido, “aumentar la carga ganadera tampoco es la única solución, ya que el ganado es una herramienta más de la gestión que requiere introducirlo en zonas donde se elimine parte de la carga forestal, pero tampoco de manera indiscriminada que ocasione un sobre pastoreo y un perjuicio”. Para el portavoz de WWF ese “equilibrio” imprescindible en la gestión “no se ha conseguido aún en Doñana”, y explica que “en el espacio natural hay zonas machacadas por el ganado, como es la marisma, mientras otras zonas de monte el ganado ni siquiera pasa, aunque sería necesario que lo hiciera aunque fuese de manera temporal y rotativa; y eso requiere una nueva formula porque las actuales no están funcionando”.

El incendio de 2017 puso sobre la mesa ya muchas de esta cuestiones: carga ganadera, exceso de pinos en algunas zonas, altas densidades de masa forestal en zonas repobladas en la época de los años 70... Todas ellas posibles causas que pueden hacer que un incendio se convierta en un gran desastre. Con el cambio climático en el presente y las altas temperaturas y menos humedad, hacen prever que los fuegos cada vez van a ser más numerosos y su peligrosidad va aumentando año a año.

La relación entre el fuego y la agricultura ilegal tienen una relación directa, denuncian también desde WWF. “Los agropiratas colonizan rápidamente zonas que se queman para poner, sobre todo cultivos ilegales”, explica Juan José Carmona, que apunta que además de estas hay otras muchas causas, aunque el nexo en común es que vienen de la mano del hombre.

El último incendio de Doñana, declarado la tarde del pasado lunes en Los Mimbrales, en el Espacio Natural de Doñana, quemó un total de 416,48 hectáreas de terreno agrícola y 1,8 hectáreas de forestal, principalmente matorral.

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