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Actualizado: 19 ene 2021 / 04:00 h.
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  • El vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. / E.P.
    El vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. / E.P.

Lo de Podemos con los ricos es ya una obsesión. Sólo les falta lo del ojo de la aguja -o de la soga- y el camello para redondear la faena diaria de las prédicas contra los ricos. Incluso algún psicoanalista podría decir que en el subconsciente late un deseo de riqueza reprimido que los ha llevado a una neurosis compulsiva. El gobierno de las Junta está celebrando aniversario en el poder y sale Podemos con que defienden a los ricos. ¡Y dale con los ricos!

¿Este personal qué se cree, que el comunismo consiste en luchar contra los ricos? Como todos vendemos algo en este teatro del mundo ellos venden fobias antirricos, odio al rico, bajo lo cual puede subyacer envidia no de pene sino de rico. ¿Cuántos militantes y votantes de Podemos se pueden echar sobre sus espaldas una hipoteca de 700.000 euros como han hecho Iglesias y Montero? Si algún día ambos tuvieran poder suficiente para gobernar España sin la carga socialdemócrata una de las actividades que deberán emprender es hacerse amigos de los ricos. Sin tener apenas poder están jugando a ricos desde hace tiempo, con el chalé, con las revistas de glamur... Por tanto, cuando ese poder aumente -que no aumentará- o pactas con los ricos o adiós revolución, amigo, lo que te dejen hacer de revolución, mira a Grecia lo que le dijeron: esto es lo que hay y si no lo quieres, puerta. ¿Se creerá este personal que sus votantes van a salir a una a defender su revolución y a matar ricos? Pero si lo que quieren es ser ricos, si los han educado desde Estados Unidos o de dónde creen que vienen movimientos como el feminista pseudorrevolucionario o el posmodernista de exaltación patológica e interesada de la individualidad...

¿Qué está haciendo Maduro en Venezuela? Intentando tener el apoyo no sólo del pueblo sino de algunos ricos moderados que comprenden que no se puede seguir en un país bloqueado por los ricos de EEUU y Europa. ¿Qué hicieron muchos líderes comunistas tras la desmembración y desaparición del comunismo en Rusia y países del este de Europa? Convertirse en multimillonarios, reciclarse, ayudados por las enseñanzas occidentales. Putin era dirigente del KGB (la CIA soviética), Alexander Lebedev, dueño del diario The Independent, banquero y accionista de Aeroflot, también. Vladimir Gusinski ya se lleva mejor con Putin, fue cuadro del partido comunista de la URSS y es otro magnate ruso, miembro destacado del lobby judío en el mundo.

Los chinos han creado desde el comunismo una amplia clase de multimillonarios que ahora invierten en África, en América Latina y donde sea menester. El hecho va contra los planteamientos del mismo Karl Marx y por eso China para mí, a largo plazo, es un gigante con los pies de barro pero así ha resultado por el momento. Cuando se reúne el Foro de Davos invitan a Xi Jing Pin y, ¿quiénes lo acompañan? Gente del partido, por supuesto, pero también una nutrida representación de jóvenes multimillonarios chinos. En Rusia, son los hijos de los magnates, antes comunistas, hoy capitalistas, los que están tomando el testigo de las actividades de sus padres. La universidad española se ha llenado de estudiantes chinos que no se quedan en el “mundo libre” ni piden asilo político al final de su formación, se van a su país porque sus papás y el Estado les guardan sabrosos trabajos.

Estos muchachos y muchachas de Podemos parece que habitan en el éter, hablan como si estuviéramos en la Rusia de los zares o en la Europa proletaria del XIX. Para fabricar muchos objetos, los ricos ya no necesitan a tantos obreros, ahora llegan los robots, los obreros no desean ser obreros sino ricos si les fuera posible, y conservan muchos de ellos sus puestos de trabajo porque la Inteligencia Artificial no ha pisado a fondo el acelerador. Para lanzar un negocio hacen falta obreros pero también el capital de los ricos, con la salvedad de que ese capital va a seguir ahí corregido y aumentado y los obreros están desapareciendo y van a desaparecer más si no se reciclan. ¿Qué vais a hacer, podemitas de mis penas, seguir con la cantinela del rico malo o poner de una puñetera vez los pies en el suelo? ¿Convertir el odio al rico en una religión y vosotros ser los sacerdotes predicadores -con sueldo- de una buena nueva que es más vieja que un ciervo de Altamira o pensar en qué papel real le corresponde a la izquierda en este perro mundo?