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Actualizado: 23 jun 2022 / 04:00 h.
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  • Álex Zea - Europa Press
    Álex Zea - Europa Press

Juan Manuel Moreno Bonilla, nacido en Barcelona el 1 de mayo de 1970, hijo de emigrantes que se habían tenido que ir a Cataluña desde Alhaurín el Grande (Málaga). Con tres mesecitos de edad lo regresaron sus padres a Málaga y cuando se ha hecho un hombre -ahora el hombre de moda en España- se convirtió en un miembro del núcleo central, primero del PP malagueño y ahora estatal. Desembocó en Sevilla y con otros malagueños se asentaron en San Telmo. Los sevillanos lo acaban de votar mayoritariamente, ¡a un malagueño!, algo que no creo que le fuera fácil lograr a Juan Espadas en Málaga. Lo que ocurre es que hay miles de sevillanos que creen que han nacido o viven en lo mejó der mundo y no entran en esas trifulcas con Málaga que, oye, a veces, en Málaga, con Sevilla, son de auténtica mala leche, yo las he aguantado, que no sufrido, vivo en lo mejó der mundo, la patria de los miarmas... Me importan un pito otros lares.

Los sevillanos no han tenido inconveniente en votar a un malagueño porque se sienten en una tierra inmejorable, en eso se parecen a Frank Sinatra que cuando canta New York, New York, dice aquello de “si puedo triunfar en New York lo puedo hacer en cualquier parte” o cuando Woody Allen en su película Manhattan está sentado en un banco contemplando de noche el puente de Brooklyn y exclama: “¡Esta es una gran ciudad!”. Pues no nos queda nada para llegar a ser Nueva York y morir entre el ruido de sus calles, como dijo un sevillano, Felipe González que, siendo aún época comunista, prefería esa muerte antes que hacerlo en el silencioso metro del Moscú rojo. No le ha hecho falta, lo ha matado su mismo partido en “Madrid, Madrid, Madrid”, como canta el chotis.

Más le queda a Málaga para parecerse a Nueva York. Con el fin de consolarse, se ha autoproclamado capital económica de Andalucía y reina de las nuevas tecnologías. Me alegro por ambas ciudades, Sevilla y Málaga, de ilusión también se vive. Ahora Moreno Bonilla debe tener el corazón partío, a ver qué hace para contentar a las dos ciudades, la suya y la de San Telmo. Él dirá que su corazón se divide en ocho partes correspondientes a las ocho provincias más la novena que, mira por dónde, lo vio nacer. La Feria de Abril la fundó un catalán al lado de un vasco. Ahora la gran Sevilla la va a construir otro catalán nacido por circunstancias de la vida en Barcelona, no tiene pedigrí catalán, pero, oye, es un punto para la Historia de Catalunya, nuestro Juanma es moderado, no como mi Cayetana que anda muy callada últimamente.

Veremos qué pasa como Moreno Bonilla aumente el metro de Sevilla y la conexión Santa Justa-San Pablo (qué hartura de santos teniendo a los hermanos Machado, a los hermanos Bécquer o a Luis Cernuda), la SE-40, los cercanías que hacen falta..., y no le salga a Málaga su Expo de 2027 que es lo que le falta para equipararse a Sevilla (bueno, y dos equipos de fútbol en Europa, propiedad de sevillanos, no de árabes). Ya se sabe que lo que tenga Sevilla lo debe tener Málaga, tarde o temprano. Al revés no, porque Sevilla es la perfección, no se priva de nada, ni de contar con los barrios más pobres de España, espero que eso no lo quiera Málaga. Por consiguiente, no es menester que Moreno Bonilla reconstruya la playa de María Trifulca o las que tenían proyectadas Alejandro Rojas-Marcos o IU en sus programas electorales, con el objetivo de que si en Málaga está la Malagueta en Sevilla esté la Sevilleta. Ya tenemos a Matalascañas que, como todos sabemos, pertenece a Sevilla, lo expliqué en este mismo diario hace tiempo. Dicen que Alfonso X le cedió a Sevilla en el siglo XIII un buen trozo de aquello -150 hectáreas- que nunca fueron devueltos a Almonte. Los terrenos no fueron incluidos en la Desamortización del siglo XIX en la que se devolvieron a sus propietarios algunas tierras entregadas siglos atrás. Ergo, aquí sí hay playa, vaya, vaya. Lo que no hay es Palacio de Justicia ni dos líneas de metro, sólo una y se escacharra demasiado, ¿no? Qué envidia me corroe por dentro. Y lo de las conexiones directas por avión que se disputan las dos capitales de Andalucía, la oficial (Sevilla) y la verdadera (Málaga), ¿qué? Qué sufrimiento debe tener el hombre del año en España, martillo de populismos y herejes. Y es que la dicha nunca es plena.

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