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Actualizado: 11 nov 2020 / 10:51 h.
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  • Ante las buenas noticias sobre las vacunas que llegan

Sin duda alguna, el avance que ha supuesto que los datos obtenidos en los ensayos clínicos de la vacuna contra la Covid-19 de Pfizer y BioNTech sean tan prometedores, es ilusionante y esperanzador. Los índices bursátiles se han disparado y la confianza en los mercados es otra. Entre tanta fatiga una buena noticia se convierte en una especie de oasis maravilloso.

Un 90 por ciento de efectividad en la prevención de la Covid-19 no se había planteado ni siquiera en el mejor de los supuestos. En el caso de las vacunas contra la gripe se trabaja con porcentajes cercanos al 60 por ciento.

Por otra parte, se ha demostrado que el esfuerzo del capital privado es importantísimo. Pfizer es una compañía que rechaza las subvenciones y ha realizado una inversión de 1.500 millones de dólares para conseguir unos datos extraordinarios.

Por tanto, todo son buenas noticias. Pero no hay que dejar de centrar la atención en la realidad, en lo que sucede cada día en los pueblos y ciudades del mundo entero. Seguimos en el mismo lugar que ayer. Exactamente en el mismo.

Los muertos siguen siendo un peso insoportable para la sociedad española. Las hospitalizaciones y el número de ingresos en UCI siguen siendo muy elevados y son los indicadores de las muertes futuras. No podemos bajar la guardia porque, además, la vacuna será una forma de acercarnos a la solución aunque no es la solución. La enfermedad seguirá entre nosotros matando y dejando secuelas de por vida.

Lavarse con frecuencia las manos; usar la mascarilla siempre que se comparta espacio con otras personas; mantener la distancia social. Las tres cosas de siempre. Imprescindibles.

La situación en España es, sencillamente, tremenda. No estamos confinados en nuestros domicilios porque el problema económico sería descomunal y, por otra parte, ya no queda dinero para más ERTE’s. Tenemos pocos motivos para la alegría y muchos para tomar todas las precauciones posibles.

Esperemos a conocer los detalles técnicos de esos ensayos clínicos que han llevado a cabo Pfizer y BioNTech. No sería lo mismo conocer que la inmunidad llega a los seis meses o que alcance diez años. Y una vez que sepamos, vivamos con esperanza y con todo el cuidado del mundo.

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