Ya solo falta saber si será Pedro Sánchez el que deje en la estacada a Junqueras o si será al contrario. Se trata de dos políticos con pocos escrúpulos a la hora de cambiar de opinión y todo puede pasar.
Oriol Junqueras ya dijo lo mismo que ahora deja por escrito en una carta mal redactada que aborda el asunto de la independencia catalana, de un referéndum pactado y este tipo de cosas que tanto están estirando los políticos catalanes para seguir viviendo de una ensoñación que solo ha traído desastres económicos, sociales y políticos. Junqueras ya dijo lo que ahora repite y cumple condena por hacer lo contrario a lo que defiende con palabras. Por tanto, lo que diga este político hay que dejarlo en cuarentena como forma de defensa frente a la mentira. Este mismo que defiende el diálogo está entre rejas por contribuir decisivamente a la declaración de una república catalana durante unos segundos.
En realidad, hay que pensar en Junqueras diciendo eso de la ‘desobediencia civil’ o de la ‘movilización constante’. Otra cosa es equivocarse. Del mismo modo, es mejor recordar que Pedro Sánchez dijo, antes de ser elegido, que no había posibilidad de diálogo con los sediciosos y, ahora, cuando les necesita para continuar en la Moncloa, no duda en ponerse de su lado.
En Cataluña todo sigue siendo igual. El independentismo es insaciable y es cuestión de tiempo que vuelvan a recorrer el mismo camino para enfrentarse al orden constitucional. Elsa Artadi de Junts ya lo ha dejado claro y niega toda posibilidad a dar la espalda a lo conseguido y continuar enfrentándose al Estado. Y esto significa que en Cataluña y en el resto de España seguimos anclados a la inestabilidad política, social y económica.