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Actualizado: 07 oct 2020 / 14:57 h.
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  • Pablo Iglesias. / EFE
    Pablo Iglesias. / EFE

Dijo Pedro Sánchez que no dormiría tranquilo con Pablo Iglesias en el Gobierno. Parecía haberlo olvidado, pero la realidad es terca y el presidente del Gobierno de España va a dormir mal, o muy mal, durante una temporada. Porque si no es Iglesias el que dimite tendrá que cesarle Sánchez.

La presunción de inocencia no puede olvidarse y no se puede señalar al vicepresidente segundo del Gobierno como si fuera culpable. Sin embargo, la situación tan extrema que vivimos, la atención que presta Bruselas a todo lo que sucede en España, y una imagen ya deteriorada en exceso del Gobierno, hacen pensar que Pedro Sánchez ha de abandonar lastres que no le permitan una actividad política normal y creíble.

El juez García Castellón ha pedido al Tribunal Supremo que instruya causa penal contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, por denuncia falsa, revelación de secretos y delitos de daños informáticos. Todo está relacionado, por supuesto, con el conocido como Caso Dinia. Pero no solo la Justicia acorrala a Iglesias por este motivo. Son varios los juzgados en los que se instruyen causas por financiación irregular, malversación y administración desleal.

No parece que Iglesias y los suyos vayan a solucionar ese problema que prometieron erradicar cuando entraron en escena alzando la bandera de la nueva política y gritaban a favor de la guerra contra la casta y sus actitudes casi mafiosas. No parece que Iglesias esté en condiciones de hacer demasiado por la causa.

El proyecto político y ético de Podemos hace aguas por los cuatro costados. Pero observando cómo se revuelve Iglesias ante situaciones de este tipo, casi seguro, no dimitirá y seguirá agarrado a ese aforamiento que tantas veces y con tanta fuerza ha criticado.

Pedro Sánchez tiene un problema enorme. Debe resolverlo de inmediato por el bien de España.