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Actualizado: 23 ago 2020 / 12:28 h.
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  • Seguimos en el mismo lugar en el que nos encontrábamos al iniciarse la pandemia

La segunda oleada de la pandemia llegó a España hace semanas. Ahora, comienza a tomar una fuerza inusitada que puede volver a desbordar nuestro sistema sanitario. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades ya ha dicho que España es el país con peores estadísticas de contagios de todo el continente. Parece ser que en Europa manejan mejor la aritmética que aquí.

Los políticos son culpables de la enorme chapuza en la que se ha convertido la gestión de la crisis sanitaria desde la aparición del coronavirus. No hay duda de ello. Tanto en el Gobierno de España como en los autonómicos la ineficacia, la precipitación y la falta de coordinación y prevención están haciendo estragos. La ciudadanía (en general) también tiene su parte de culpa. Es verdad que son muchos los que han seguido al píe de la letra las indicaciones del Ministerio de Sanidad y de las autoridades sanitarias en las distintas Comunidades Autónomas, pero el grupo de personas que no han sabido leer la realidad es elevadísimo y el precio que vamos a pagar será tremendo. Se esperan decenas de miles de contagios, miles de ingresos en hospitales y miles de muertos. La misma partitura que escuchamos hace unos meses es la que va a sonar, otra vez, en España.

Ni las autoridades ni los ciudadanos hemos sido tan responsables como hubiera sido deseable. Si la improvisación y la falta de rigor en la gestión política es abrumadora; los ciudadanos debemos reflexionar sobre lo que está ocurriendo gracias a nuestras actitudes, muchas veces, discutibles.

Sea como sea, tenemos problemas inmediatos que se van a intentar solucionar con gestos irrelevantes y que, por supuesto, se convertirán en desastre. Cómo será la vuelta al colegio de los niños y jóvenes es un enigma. Cómo van a rastrearse los nuevos casos sin personal cualificado y suficiente es otro enigma. Si el gasto en sanidad es suficiente ya es evidente que no lo es (según informes de la OCDE estamos por debajo de la media europea). Estamos en el mismo lugar en el que nos encontrábamos en ese momento en el que la Covid-19 se presentó de forma brutal en nuestras vidas. Y es el momento de reaccionar. Tanto los políticos como la ciudadanía han de demostrar estar a la altura de las circunstancias para poder remediar un problema que se puede convertir, otra vez, en una pesadilla.

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