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Actualizado: 15 jun 2020 / 22:51 h.
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  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

El día 21 podrán viajar hasta España ciudadanos de y desde la UE. El día 1 de julio podrán visitarnos de y desde países terceros. Es lógico que el sector turístico necesite de estas medidas para que comience a funcionar, pero las alarmas sanitarias deberían estar sonando sin pausa. El riesgo de rebrotes aumenta enormemente si España comienza a recibir turistas sin ejercer un mínimo control o si no exige unas garantías mínimas.

El Gobierno de España habla de controles y de confinamientos en el caso de localizarse contagios. Pero parece que sería más seguro si los turistas llegasen a España con un certificado sanitario emitido en origen que garantizase en un alto porcentaje que los casos importados fueran los mínimos. Una segunda oleada sería letal para la economía española y para la moral de los ciudadanos.

España no puede arriesgar. ¿Qué podría pasar si el número de contagios se disparase? ¿Se vería afectada la imagen de país seguro y se desplomarían las visitas a nuestro país? ¿Quién tendrá que atender a los enfermos? Y si algún turista termina falleciendo en España ¿qué puede pasar?

Realizar pruebas PCR antes de viajar parece un método adecuado. Todos los países han apostado por la realización de test entre los ciudadanos para controlar la pandemia de forma local, por tanto no parece que eso sea un problema.

No parece que las dudas sean buenas compañeras de viaje en esta ocasión. El Gobierno debería intentar asegurar una entrada segura para evitar rebrotes que no nos podemos permitir.

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