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Actualizado: 25 oct 2016 / 08:16 h.
  • Vista general de una calle de la localidad de Los Corrales. / Pepo Herrera
    Vista general de una calle de la localidad de Los Corrales. / Pepo Herrera

Los datos puros y duros, sin matizar y sin analizar a fondo pueden llevar a errores y a no reflejar la verdadera realidad. Eso es lo que le está sucediendo al municipio de Los Corrales, ubicado en plena Sierra Sur, que está cargando con el sambenito de ser el pueblo más pobre de la provincia de Sevilla. Esta afirmación se basa en datos aportados por el Ministerio de Hacienda en los que se indica que los corraleños son los que menos ingresos brutos per cápita tenían en el ejercicio 2013. Su nivel de renta no alcanzaba los 13.000 euros, se quedaba en 12.447 euros, una cifra muy similar a la de las localidades de su entorno que, sin embargo, al no liderar este ranking sus nombres pasan mucho más desapercibidos. Entre estos pueblos que supuestamente tienen muy pocos vecinos con alto poder adquisitivo también se encuentran Marinaleda y Badolatosa, ubicados como Los Corrales en la comarca de la Sierra Sur.

A esta coincidencia se agarra el alcalde corraleño, Juan Manuel Heredia (PSOE), para afirmar que se trata de «una mera anécdota» que su localidad sea considerada la más pobre de Sevilla: «Es fruto de la estadística, puesto que todos los pueblos de su comarca y de otras muchas de la provincia de Sevilla y de Andalucía se mueven en una horquilla similar».

Eso sí, admite que no se trata de una situación nueva, sino que corresponde con la realidad de las cifras históricas de desempleo y de baja renta que padecen los municipios de la Sierra Sur que están a más de 100 kilómetros de la capital –la ciudad de Málaga está más cerca– y cuya población se dedica fundamentalmente al sector agrícola y ganadero.

Heredia, no obstante, recalca que a pesar de que sus vecinos tienen unos ingresos muy limitados no tienen mala calidad de vida. Asegura que Los Corrales, con aproximadamente 4.000 habitantes, cuenta con todo tipo de infraestructura y se arriesga a decir que incluso más que las que le correspondería a una municipio de sus dimensiones. Y pone como ejemplo el centro especial de empleo de discapacitados, un instituto con Bachillerato, una casa de la cultura o todo tipo de infraestructuras deportivas. El único pero que encuentra es la carretera que une su municipio con el de Osuna, que se encuentra en malas condiciones y que, según admite, se debería reparar para mejorar la conexión de Los Corrales con la A-92.

El regidor remacha que el Ayuntamiento está haciendo un gran esfuerzo por la formación de sus vecinos y explica que se dan ayudas a los estudiantes para el transporte y se informa puntualmente de las becas a las que pueden optar y sobre las residencias que tiene la Diputación para albergar a alumnos de la provincia.

Reconoce que este esfuerzo se está notando y están surgiendo emprendedores: «Actualmente hay mucha demanda para la apertura de granjas de pollos y pavos. Se está observando un incremento de la agroindustria y del sector alimentario».

La opinión que tiene la presidenta de Cáritas de Los Corrales, María Gallardo, sobre cómo se vive en su pueblo coincide en buena parte con la del regidor. Asegura que en Los Corrales se vive «decentemente. Aquí no se pasa hambre». Explica que Cáritas en el municipio lleva trabajando dos años e indica que su labor está encaminada fundamentalmente a personas que tienen problemas de salud. Al mes, según señala, se atienden a tres o cuatro familias a las que se les entrega un cheque para adquirir productos de primera necesidad en un comercio de Los Corrales o se les ayuda a pagar algún recibo. El que acudan a Cáritas pocas personas con problemas económicos se debe, en opinión de Gallardo, a que las familias se ayuda mucho entre ellas. «Aquí se llega a fin de mes ahogaditos», pero insiste en que situaciones de «desesperación son casos puntuales».

El responsable de la librería Antonio Machado, Bonifacio Espada Izquierdo, señala que en el pueblo la mayoría de la gente vive del paro y eso se nota en el descenso de las ventas, «aunque como mi negocio también es de juego, con la crisis se juega más». Asimismo, comenta que en el municipio, aunque es pequeño, se organizan muchas actividades.

Otra vecina de Los Corrales, María Antonia, que prefiere no decir su apellido, se queja de que en el pueblo hay mucho paro y eso obliga a gastar menos. Sin embargo, sostiene que hay muchas posibilidades para poder estudiar. «Tengo dos hijos y los dos han estudiado carrera, mi hija ha hecho magisterio y mi hijo económicas, gracias a que hay becas y a las residencias que tiene la Diputación». Admite que ella ha luchado muchos por sus hijos, que han sabido aprovechar las oportunidades y reitera que sí hay desempleo, pero cree que la imagen que se está dando de Los Corrales no plasma toda la realidad.