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Actualizado: 28 may 2022 / 11:43 h.
  • ¿Somos lo que comemos?

El 28 de mayo se celebra el Día Mundial de la Nutrición, y aunque parece que cada vez estamos más concienciados con los tipos de alimentos que consumimos, la importancia de una dieta equilibrada y que no existen dietas milagro, aún hay población que se deja llevar por las modas y los productos “maravilla” para perder peso de forma rápida.

Miles de investigaciones científicas llevan años demostrándonos que los alimentos que consumimos reflejan efectos positivos y negativos en nuestra salud. Según afirma la Organización Mundial de la Salud, hay enfermedades y patologías que afectan a una gran parte de la población y que se derivan directamente de una alimentación, como, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares.

Las frutas, verduras y hortalizas nos aportan minerales, vitaminas y antioxidantes, mientras que la carne, pescado y legumbres nos ayudan a alcanzar la cantidad de proteínas necesarias para el organismo. Por su parte, los cereales nos aportan la energía que necesita el cuerpo para funcionar por su alto contenido en fibra. Todo en una dieta variada y equilibrada, más la práctica de ejercicio de forma regular, ayuda a que nos mantengamos sanos.

Entonces, si somos lo que comemos ¿por qué seguimos torturando a nuestro cuerpo dejando de comer, con dietas milagro o tomando productos adelgazantes? “Comenzar el verano en el peso ideal es uno de los objetivos más extendidos y deseados. Es por ello, que en ocasiones se recurre a métodos o prácticas estrictas en cuanto a la alimentación pero que ofrecen buenos resultados en espacios cortos de tiempo” explica la nutricionista del Hospital Quirónsalud de Huelva, María Jerusalén.

Ayuno intermitente

En esta línea, para la especialista el ayuno intermitente se ha convertido en un nuevo método de pérdida de peso que si no se lleva con control puede resultar perjudicial para la salud. Se trata de una práctica que combina periodos de ayuno con periodos de alimentación, en los que lo recomendable es seguir una ingesta variada y basada en frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, pescado y huevos.

¿Somos lo que comemos?
María Jerusalén.

Explica la nutricionista que “durante los periodos de ayuno, el paciente no puede comer nada, pero sí mantener la ingesta de líquidos no calóricos, como café, agua y té, con el objetivo de no sufrir deshidratación”. Y recuerda también la especialista que “la actividad física debe practicarse a una intensidad media si queremos obtener unos resultados completos”.

En la práctica del ayuno intermitente existen varias modalidades, siendo el más común el basado en periodos de ayuno de entre 8 y 12 horas. El objetivo de este método nutricional es reducir el peso y la grasa corporal, así como otros factores determinantes de la obesidad, factores del tipo cardiometabólicos como la glucosa e insulina, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemía e hipertensión.

Aclara Jerusalén que no todas las personas son aptas para practicar este método, ya que si se mantiene en el tiempo puede desencadenar cefaleas, mareos, trastornos del sueño, ansiedad, irritabilidad e hipoglucemias. Por ello, ha de ser un profesional quien estudie el caso de cada paciente y determine qué manera es la adecuada para conseguir una pérdida de peso saludable y mantenida en el tiempo.

En caso de padecer diabetes, algún trastorno de la conducta alimentaria, ansiedad, estrés, trastorno del sueño o estar embarazada o periodo de lactancia, la práctica del ayuno intermitente está especialmente contraindicada.

Aquellas personas que sí sean aptas para mantener durante espacios cortos de tiempo un ayuno intermitente, podrán beneficiarse de la reducción de peso y pérdida de grasa corporal, disminución de la presión arterial, el colesterol y la glucosa. Sin embargo, la nutricionista insiste en que “la reducción de estos parámetros se debe a la restricción calórica y pérdida de peso, no al ayuno en sí”.

Por último, concluye la especialista en las recomendaciones principales que ofrece en su consulta para conseguir un estado nutricional correcto: “llevar una dieta muy variada y equilibrada, adquirir unos hábitos nutricionales correctos que eviten vivir haciendo dieta restrictiva, y acudir a profesionales cualificados que orienten y aconsejen sobre el camino a seguir”.