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Actualizado: 04 may 2019 / 17:48 h.
  • Los alumnos del colegio Alemán, este viernes en el polígono industrial Aeropuerto. Foto: El Correo.
    Los alumnos del colegio Alemán, este viernes en el polígono industrial Aeropuerto. Foto: El Correo.

De las aulas a la calle. Todo para frenar el «uso desmesurado» de plásticos por la sociedad actual y sus «efectos nocivos» en el cambio climático del planeta. Por este motivo, un grupo de alumnos de Primero de Bachillerato del colegio Alemán Alberto Durero de Sevilla han comenzado a realizar distintas acciones de sensibilización para «contagiar consciencia a su alrededor» dentro y fuera del centro.

En este sentido, hace unos días los propios escolares han repartido papeleras de plástico por todo el colegio, que han sido cedidas por la empresa pública Lipasam. Igualmente han planteado propuestas en la propia comunidad educativa para reducir el uso de plásticos, como bolis de papel craft, cambio de papeleras de 50 por 10 litros; así como sus consiguientes bolsas de plástico orgánico, o «una fuente de agua libre de plásticos», en la que no se requieren vasos de plástico de un solo uso. Otras medidas han pasado por implantar rotuladores de pizarra blanca recargables, reducir la plastificación de materiales didácticos o forrar los libros con papel. «Hay que hacer algo y nosotros tenemos que poner las manos a la obra», ha explicado Isabel Romero, jefa del Departamento de Ciencias del colegio Alemán.
Pero la cosa no ha quedado ahí. Estos alumnos de Bachillerato han pasado a la acción alistándose en una brigada medioambiental que ha protagonizado dos campañas de recogida y reciclaje de basura. La primera de ellas tuvo lugar el pasado 22 de abril en el patio del centro: recogieron hasta 75,3 kilogramos de plásticos y otros restos.

La segunda se ha producido este viernes y ha llevado a los chavales a visitar el polígono industrial Aeropuerto de Sevilla. Dada la concentración de comercios y almacenes orientales que se dan en esta zona, se ha peinado las principales calles en busca de posibles restos. El resultado ha sido bastante sorprendente: sólo con plásticos y envases se ha llenado 17 contenedores de 770 litros. La actividad en sí ha generado «bastante expectación» en todo el polígono, pues, como han afirmado los docentes, «no alcanzaban a entender cómo estos adolescentes recogían voluntariamente los desperdicios que ellos han ido acumulando a lo largo de los años».

Hay que recordar que todas estas actividades de concienciación escolar han contado con la colaboración de Lipasam, que ha proporcionado bolsas de plástico biodegradable y guantes de tela para todos.