Tan solo 23 euros pueden ayudar a que el pequeño Andrés siga siendo un niño de diez años que sale adelante a pesar de sufrir una enfermedad mitocondrial.
Se llama Andrés Heredia Martínez, y es una de las caras visibles de la lucha contra una dolencia que, por ahora, no tiene cura. Las enfermedades mitocondriales están clasificadas como enfermedades raras, poco frecuentes o de baja prevalencia (es decir, con una incidencia en la población inferior a 5 de cada 10.000 habitantes). Una de cada 200 personas lleva la mutación genética que podría ponerlos en riesgo de desarrollar una enfermedad mitocondrial, una enfermedad genética devastadora.
Las enfermedades mitocondriales son genéticas, crónicas, degenerativas y altamente discapacitantes, y hasta el momento no tienen cura. Todos los afectados por estas enfermedades dependen de los avances médicos y farmacológicos, que están completamente ligados a la investigación.