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Actualizado: 09 oct 2016 / 08:47 h.
  • La oferta educativa se adapta a la baja
    El multitudinario primer día del curso 2016/2017 para los alumnos de infantil y Primaria en el colegio público Huerta de Santa Marina, situado en el casco histórico de Sevilla. / José Luis Montero
  • La oferta educativa se adapta a la baja
    Una clase de Primaria en el Huerta de Santa Marina. / José Luis Montero

El curso 2011/2012 comenzó con 94.795 alumnos en la etapa de educación Infantil en los centros de Sevilla y su provincia. En el que ha empezado este mes de septiembre, el 2016/2017, serán 88.191 los niños de entre cero y seis años que estarán escolarizados. Una cifra inferior en un 6,9 por ciento, 6.604 alumnos menos de los que accedieron al sistema escolar a esa edad sólo seis años antes.

Con la puntualización necesaria de que la Educación Infantil no es obligatoria –es decir: que puede haber niños de esa edad que no estén escolarizados, aunque a partir de los tres años son muy escasos los que no acuden a un centro educativo–, la cifra de alumnos que entran en el sistema escolar es otra señal más de que la natalidad ha descendido en los últimos años. El cambio en la tendencia en la tasa de natalidad, que en Sevilla comenzó a registrar valores positivos en 2014, todavía no se nota en las aulas. Lo hará, de manera inevitable, porque es difícil eludir la demografía, pero todavía es pronto.

De hecho, en este curso 2016/2017, la Junta de Andalucía ha oferta 1.375 plazas menos que el curso anterior, para los alumnos de tres años, los que inician el segundo ciclo de Educación Infantil, en el que el porcentaje de escolarizados está cerca del cien por ciento. La Consejería de Educación ha ofertado 20.700 plazas para escolarizar a niños de tres años, por las 22.075 del curso pasado. En la provincia de Sevilla hay 55 unidades de Infantil de tres años menos. El motivo, una vez más según explican en Educación, adaptarse a la natalidad.

La delegada territorial, María Francisca Aparicio, aclaró, cuando comenzó el plazo de escolarización para el curso actual, que los ajustes en las plazas que diseñó la Consejería están relacionados con la evolución demográfica de la población, ya que en los últimos años se ha producido un descenso del censo en la provincia, de manera significativa en Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, La Algaba, San José de la Rinconada y Utrera. En lo referente a Sevilla capital, el descenso se manifiesta en las denominadas, según el criterio de la Delegación de Educación, zona 3 (Puerta Osario-Santa Justa-Pino Montano-San Diego-Las Naciones) y en la zona 7 (Los Pajaritos-Rochelambert-Cerro del Águila-Palmete).

La Consejería explicó entonces, en el mes de marzo, que ofertaría «puestos suficientes para que la mayoría de las familias obtengan plaza en algún centro de su zona. Así, el curso pasado, el 96 por ciento de las solicitudes tramitadas obtuvieron plaza en algún centro solicitado por los padres», explicaron. La delegada de Sevilla, María Francisca Aparicio, puntualizó además que, pese a la bajada en Infantil, la oferta educativa en la provincia ha crecido, porque hay más plazas en el resto de niveles: Primaria, Secundaria y Bachillerato. En primer ciclo de Infantil, el número de plazas ha crecido, explicó la delegada, en cerca de 900.

En niveles superiores también se nota que el descenso de la natalidad ha sido una realidad generalizada en Sevilla, pero también en el resto de España, desde 2008. Desde ese año, el descenso en la natalidad se mantuvo hasta 2014.

Relacionado con la demografía está el dato global de escolarización del curso actual. Este año habrá 443.750 alumnos en todos los niveles de enseñanza no universitarios, 1.129 menos que hace 12 meses. El descenso de alumnos no es un hecho aislado del último año: en septiembre de 2015 comenzaron las clases 447.199 alumnos en la provincia de Sevilla, 3.449 menos que en el curso anterior. Por poco, pero tendencia consolidada a la baja, por lo tanto.

Las clases empezaron a principios de septiembre para 207.329 alumnos que, en 527 centros, cursan ya Educación Infantil, Primaria y Educación Especial. En 529 centros de Secundaria y el resto de enseñanzas no universitarias están matriculados 210.499 alumnos.

La Consejería, en sus habituales explicaciones de comienzo de cada curso escolar, aclaró que ofertará «puestos suficientes para que la mayoría de las familias obtengan plaza en algún centro de su zona. Así, el curso pasado –el 2014/2015–, el 96 por ciento de las solicitudes tramitadas obtuvieron plaza en algún centro solicitado por los padres», aclararon. La delegada territorial de Sevilla, María Francisca Aparicio, puntualizó además que, pese a la bajada en Infantil, la oferta educativa en la provincia ha crecido, porque hay más plazas en el resto de niveles: Primaria, Secundaria y Bachillerato. En el primer ciclo de Infantil, al que asisten niños de hasta tres años, el número de plazas ha crecido, explicó Aparicio, en cerca de 900.

De forma que la evolución de las plazas escolares que oferta la Administración autonómica y la de los niños que acceden a la educación Infantil está relacionadas, porque una depende claramente de la otra. Como muestra de que el ajuste funciona, la Delegación sevillana informa de que el 94 por ciento de los alumnos cursarán sus estudios en el centro que eligieron en primer lugar en sus solicitudes. El porcentaje sube al 99 por ciento al incluir a quienes irán a clase en el centro que ocupaba el segundo lugar en sus peticiones.


El centro de Sevilla, la zona de los líos

El norte del casco histórico de Sevilla se ha convertido en una zona peculiar en lo que a la escolarización se refiere. La Red de Asociaciones de Madres y Padres del Casco Antiguo (Rampa) mantiene un prolongado desencuentro con la Delegación de Sevilla. En el centro hay 600 puestos escolares entre enseñanza concertada y pública para niños de tres años. Este año se presentaron 619 solicitudes, incluidas dos fuera de plazo, que concursaron con cero puntos. Según datos de la Delegación, otros 17 casos que no alcanzaron los 14 puntos, luego no residen en la zona. De las 600 plazas que se han ofertado, sólo 175 eran de los cinco colegios públicos del casco histórico. Un 29 por ciento del total. De entre los centros concertados, solo uno es laico: el Calderón de la Barca. Y por aquí empiezan las reivindicaciones de la Rampa, que casi pueden calificarse de históricas y que se resumen en una: es necesario crear un nuevo centro en el casco histórico. Ya hay un solar preparado y señalado por el PGOU pero, en el mejor de los casos, las obras no empezarán hasta 2018.


El fraude en la escolarización desciende a mínimos históricos

Es un clásico en cada inicio de curso que las autoridades educativas aporten la cifra de denuncias por fraude en el proceso de escolarización. Este año, la delegada territorial de Educación, María Francisca Aparicio, destacó que el dato se había reducido a «mínimos históricos». Añadió luego que «se ha hecho una buena labor ante el fraude, con 29 casos detectados, algo minoritario y que garantiza las plazas», añadió, y apuntó que, cuando se analicen estos casos, serán incluso menos. En septiembre de 2008, sirva el dato para contextualizar la cuestión, la misma Delegación hablaba de 731 denuncias por fraude.

Las cifras no son lo único que ha cambiado. Hace unos años, los grandes conflictos se producían para acceder a centros concertados. Ahora, por el contrario, son los públicos los más demandados, y en los que, en determinadas zonas, es más difícil tener garantizada una plaza. Lo que no quiere decir que los concertados no tengan demanda.

Insisten en la Junta de Andalucía, y también en la Delegación sevillana, en que la adaptación de la oferta a la demanda está muy cerca de ser absoluta. María Francisca Aparicio recalcó el dato de que, según la Delegación que dirige, el 94 por ciento de los alumnos sevillanos cursarán sus estudios en el centro que eligieron en primer lugar en sus solicitudes. El porcentaje sube al 99 por ciento al incluir a quienes irán a clase en el centro que ocupaba el segundo lugar en sus peticiones, según los datos oficiales.

Los criterios por los que se puntúa a los niños cambiaron por última vez en el curso 2011/2012, en el que se dio más peso al domicilio familiar que al laboral, se amplió el concepto de hermanos en el centro (que también ganó puntos) a los hijos que comparten un solo padre y a los de las parejas de hecho, se aumentaron los puntos por tener un progenitor trabajando en el colegio y se endurecieron las sanciones por falsear datos al anular no solo los puntos obtenidos por el dato incorrecto, sino todos los derechos de prioridad en la escolarización. Y lo cierto es que las denuncias van en descenso.

De las 731 denuncias de 2008 se pasó a 600 en 2009, y la bajada se confirmó en 2011, cuando se produjeron 457 denuncias. Repuntó ligeramente la cifra un año después, con 607 denuncias. A partir de ahí, la caída ha sido fuerte y continuada: 203 en 2014; 136, en 2015 y los escuetos 29 casos denunciados al comienzo de este curso.

Los principales motivos de las reclamaciones han sido durante años que el domicilio señalado no sea el real (vivir en la zona da 14 puntos), con todas sus variantes: hay diversos casos, desde poner como tal la casa de familiares o la sede del trabajo hasta un piso en el que se estuvo alquilado y en el que ya no se vive, o realizar mudanzas exprés justo a tiempo para solicitar plaza. También se cuestionaba de forma habitual el nivel de renta (hasta dos puntos): los denunciantes no tenían acceso a esta información por la ley de protección de datos, pero aducían sospechas si la unidad familiar contaba con más miembros aparentemente con ingresos que los indicados o el nivel de vida contrastaba con una renta baja. Toda esta picaresca está cerca de pasar a la historia. Menos trabajo para los detectives. Las causas más probables: mejores métodos de control, por un lado y, por otro, un menor número de niños que entran en el colegio.