El pleno municipal debatirá hoy la aprobación definitiva del nuevo Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (Paces) que debe convertir a Sevilla en una ciudad pionera en el respeto por el medio ambiente. Un documento que incorpora 78 medidas con las que el Ayuntamiento busca reducir algo más de 826.000 toneladas de emisiones de CO2 hasta el año 2020.
El proyecto fue presentado ayer por la delegada municipal de Economía, Carmen Castreño, en presencia de los gerentes de las empresas municipales, que incorporarán a su funcionamiento este protocolo de eficiencia energética. Estas cifras se sumarán a las 636.000 toneladas que ya se han eliminado desde el año 2000 y con las que la ciudad superará el 52 por ciento de reducción, por encima del 40 por ciento que establecía el Pacto de Alcaldes por el Clima firmado por Juan Espadas en 2015.
Una apuesta por la sostenibilidad que supone una inversión de 430 millones de euros en el periodo 2000-2020, no solo por parte del Ayuntamiento de Sevilla sino también de otras ayudas provenientes de la Junta de Andalucía, el Gobierno central o los Fondos Europeos. Ahora, este nuevo punto de partida, que actualiza los documentos realizados en este ámbito por los anteriores gobiernos municipales, incorpora cuatro grandes líneas de trabajo que será remitidas a la Oficina del Pacto de Alcaldes de la Unión Europea y que se sostienen en la eficiencia de los edificios municipales, la apuesta por la implantación de energías renovables y la configuración de un modelo urbanístico y de movilidad sostenible.
En cuanto a las medidas sobre los edificios municipales, el documento plantea la certificación energética de todos estos centros, la puesta en marcha de las instalaciones fotovoltaicas ubicadas en 53 colegios o nuevas cubiertas más eficientes en las reformas de las piscinas del Tiro de Línea y Torreblanca. Además, en cuanto al consumo responsable, se realizarán distintos programas de concienciación ciudadana y se bonificará la instalación de placas solares.
También se prevén medidas en materia de Movilidad como la apuesta por los vehículos eléctricos, la renovación de la flota de Lipasam, la mejora de la recogida de aceite usado o algunas más ambiciosas como la ampliación del Tranvía, el Metro y la apuesta por la red cicilista, las peatonalizaciones y la limitación de velocidad en algunas vías. Por último, se incluye un modelo urbanístico de ciudad en el que se sustituyan las luminarias de las calles por otras más eficientes, se plante arbolado en los alcorques vacíos y se proyecten zonas verdes en jardinería vertical.