En noviembre de 2016 se reabría al tráfico la plaza de San Marcos, situada en la zona norte del Casco Antiguo. Lo hacía con unos meses de retraso y después de casi un semestre de obras, varias calles del entorno cortadas y alguna que otra molestia para vecinos y comerciantes de la zona. Los trabajos de Emasesa en vías aledañas propiciaron la transformación urbana de este céntrico espacio, olvidado desde hace años por la administración local. El proyecto fue modificado y adaptado atendiendo a las aportaciones de los residentes, que, entre otras cuestiones plantearon la eliminación de las plazas de aparcamiento, ampliación del acerado –y así se hizo–, así como la plantación de árboles en alcorques. Año y medio después, los naranjos han llegado finalmente a San Marcos.
Operarios de la delegación de Parques y Jardines han procedido hace unos días a plantar los árboles en los dos alcorques que habían quedado señalados al término de la obra. Se cumple así el anhelo de los vecinos para ganar este espacio «como zona verde y de esparcimiento vecinal con prioridad para el peatón». Queda aún pendiente la reordenación de los contenedores de basura, hasta ahora concentrados en la esquina que da a la calle Socorro. El Ayuntamiento está en conversaciones con la entidad vecinal para buscar una alternativa.