En uno de los textos de presentación para definir quiénes son y qué hacen, esto es lo que dicen de sí mismos los integrantes de proyectoeLe: “El deseo común de aportar a la escena musical y artística actual espectáculos variados, impactantes, visualmente atractivos, impecables en el aspecto sonoro y, por encima de todo, contemporáneos.... Lo más bonito de este viaje ha sido encontrarnos en un territorio virgen, apenas explorado en nuestro entorno, que nos ha permitido emprender una labor creativa y con un alto grado de experimentación, así como ofrecer a los nuevos compositores una agrupación sólida y dispuesta a afrontar todo tipo de retos”. En 2022 proyectoeLe ha cumplido su vigésimo aniversario, consolidado como uno de los focos de actividad cultural más interesantes de Sevilla. Haciendo música coral con gran calidad y abocados a la performance que integra la poesía, el video, la danza, el teatro, la electrónica, etc. Con mayor mérito si cabe al ser un conjunto sin capacidad económica para manejarse con estructura profesional. Carlos Cansino lo dirige y está pilotando su crecimiento artístico.
¿Cuáles son sus orígenes biográficos?
Nací hace 42 años en Sevilla. Mi padre ha trabajado como ingeniero de caminos en el Ministerio de Fomento y mi madre como profesora de ciegos en la ONCE. Tengo dos hermanos, son mayores que yo, mi hermano también trabaja como ingeniero y mi hermana es profesora en la ONCE como mi madre. Nervión es el barrio donde me he desarrollado, de niño fui al Colegio Anejo, después al Instituto de Secundaria Nervión. Trabajo como profesor en el Conservatorio de Música Francisco Guerrero y mi domicilio está cerca.
¿Qué le decantó hacia la música, y el arte en general?
Mis padres me matricularon en el conservatorio, no lo pedí, pero me gustó, se me daba bien. Lo que más me fascinaba era la percusión. Hice el grado medio a la vez que estudiaba en el instituto y en 1993 entré como percusionista en la Banda del Sol, que entonces era conocida como Banda de los Salesianos. Tocando el bombo, los platos y la caja, sobre todo empecé a experimentar lo maravilloso que es compartir la música. Tuve la suerte de que el director de la Banda, José Manuel Gómez, apostaba mucho por hacer música clásica o bandas sonoras en concierto, donde se usan muchos más instrumentos, y no solo dedicarse a tocar en procesiones por las calles. También me decanté por el mundo de las letras y de las artes, estudiaba con pasión asignaturas como latín o arte. Me matriculé en la carrera de Historia del Arte, hice tres cursos, no la acabé porque ya empezaron a salirme trabajos de músico, había terminado el grado superior en percusión, me metí a hacer la carrera de Musicología y empecé a tocar en la Banda Municipal de Sevilla y en la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, cubriendo bajas y vacantes, y también como aumento para repertorios que requieren mayor número de percusionistas. Y formé parte de la plantilla de la Orquesta Joven de Andalucía.
¿Cuál era su instrumento preferido?
La marimba. Me apasiona. Es como un xilófono grande, de cinco octavas, y se puede tocar con cuatro baquetas, lo que permite hacer muchas armonías.
¿Recuerda su primera actuación con la Sinfónica de Sevilla?
Fue en la temporada 2002-2003, con la orquesta dirigida por Cristóbal Halffter y repertorio suyo que requiere mucha percusión. Iñaki Martín, solista de percusión de la Sinfónica, que había dado clases en la Orquesta Joven de Andalucía, empezó a contar conmigo y con otros jóvenes de mi generación. Recuerdo los ensayos de aquellos conciertos, para mí eran como entrar en otro mundo, con músicos tan buenos, con tanta dedicación y con tantos recursos. La Sinfónica fue una gran escuela para mí, es donde más he crecido. Es una institución que los sevillanos deben conocer mejor y valorar más.
¿Qué materias imparte en el Conservatorio Francisco Guerrero?
Sobre todo percusión, también doy una asignatura de música de cámara, y otra de apreciación de la música contemporánea.
¿Cómo se funda proyectoeLe?
Empezó en 2002, el fundador fue José Manuel Gil del Valle, percusionista, profesor, con muchas inquietudes, también de música coral. Con antiguos cantantes del Coro del Ateneo de Sevilla lo puso en marcha, al mes entré yo y participé como cantante en el primer concierto. A final de 2008 él dejó el coro por motivos personales y dimos el paso al frente Ainara Estíbaliz y yo para asumir la dirección de proyecto eLe. A partir de 2012, ella no podía dedicar tanto tiempo, por motivos familiares, y yo he continuado. Tengo a Ainara como directora asistente y en alguna ocasión dirige algún ensayo o algún concierto.
¿Dónde está la cantera del grupo?
La mayoría no éramos cantantes de formación profesional, salvo Conchita Martínez, que fue nuestra profesora de técnica vocal. La mayoría son instrumentistas con inquietud de hacer música más allá de dominar un instrumento, y por eso después también estudian musicología, canto coral, etc. Es curioso que, en general, quienes se forman en el Conservatorio Superior para ser cantantes no tienen interés por el repertorio vocal contemporáneo. Están enfocados a la lírica de la ópera tradicional, o a la música antigua. El proyecto eLe ha sido también trampolín para cantantes que después están desarrollando otros itinerarios musicales, como en el grupo de swing O'Sister, o en el grupo de música antigua A5 Vocal Ensemble.
¿Cuántas personas están ahora comprometidas en proyectoeLe?
Tenemos una plantilla flotante de unas 40 a 45 personas. Casi nunca coincidimos todos en el escenario, cuando hemos estado más cantando a la vez fue en junio de este año, con motivo de nuestro vigésimo aniversario, actuamos en Espacio Turina y éramos 34. La plantilla habitual está entre 20 y 24. La mayoría viven en la provincia de Sevilla, también los hay que se desplazan para ensayos y conciertos desde Aracena, Lucena, Madrid, etc.
¿Tienen algunos ingresos por la actividad cultural que realizan?
Muy pocos. Sabemos que el tejido cultural de nuestra tierra no soporta actualmente disponer de coros profesionales. Sí debería hacerlo, y no lo digo por mí. Lo que hacemos tiene detrás mucho trabajo, mucha búsqueda, mucha formación. En el Norte de Europa y en Estados Unidos hay en cada ciudad varias agrupaciones corales profesionales. En nuestra tierra eso está circunscrito al ámbito instrumental. Somos una asociación sin ánimo de lucro y nadie percibe emolumentos por su participación artística. Los escasos ingresos que percibimos los reinvertimos en formación, en producir las grabaciones, en materiales, en pagar gastos de viajes y dietas a algunas personas que llegan desde lejos de Sevilla. Solemos ensayar domingos por las tardes o festivos por las tardes, hacemos sesiones de ensayos de cuatro horas.
¿Cuál es el criterio para elegir las obras a interpretar?
El primer programa que interpretamos lo llamamos 'Orígenes', incluyó partituras de repertorio sacro de Arvo Párt, John Tavener, Juan Alfonso García. Todos sintonizan con las consonancias y sonoridades armónicas que se recuperaron en la 'new age'. El segundo programa, 'Paisajes sonoros', fue mucho más experimental. Esas son las dos principales vertientes de nuestro coro.
Una actuación emblemática de la que se sientan especialmente orgullosos.
El concierto que hicimos en 2018 en Espacio Turina interpretando 'Música para 18 músicos', de Steve Reich, obra emblemática del minimalismo. Se hace con cuatro pianos, con seis voces femeninas amplificadas. Fue una gozada. Otro concierto del que estamos muy orgullosos fue el 'Dadá Music Room', dedicado en 2016 al dadaísmo en el centenario del Manifiesto Dadá, movimiento escultórico, poético, cinematográfico, etc., pero no musical. Jugamos con la poesía fonética de Kurt Schwitters, con el cine mudo de Hans Richter y Marcel Duchamp, y les pusimos banda sonora inspirada en el estilo dadá que nos hizo el joven compositor José Manuel Martínez, que pertenece a nuestro grupo. Y todo lo interpretamos con un vestuario que nos creó nuestra diseñadora Marta Gómez Rangel, soprano de proyecto eLe, basándose en la estética del movimiento Bauhaus. Y se proyectaban durante el concierto esas breves películas de cine mudo, y además videos creados por Sandor Salas y Ana Cinta Alonso, de Anandor Producciones, que colaboran habitualmente con nosotros.
¿Para cada programa hacen un vestuario específico?
Solo cuando nos es posible. Procuramos salirnos de la rutina de ir siempre vestidos de negro. Para el último concierto que hemos realizado, a comienzos de este mes de diciembre, estrenamos un vestuario sonoro, para hacer la obra 'Orillas', de José Manuel Gil del Valle, nuestro fundador, dentro del programa 'Músicas de gestos', con tres estrenos de obras compuestas para proyecto eLe: la citada y las de Isaac Diego y María Pérez. Con plásticos se han elaborado capuchas, antifaces y barbas que suenan cuando se tocan. Se ha coordinado con el compositor, siguiendo la tendencia del gestualismo, que fue una corriente artística en los años setenta del siglo pasado y que solo tiene sentido si ve la actuación, porque incluye el gesto de los intérpretes.