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Actualizado: 24 mar 2023 / 04:00 h.
  • ¿Sabes dónde está el gran monasterio “olvidado” de Sevilla?

Su restauración era y es necesaria y son muchos los esfuerzos que se están haciendo para recuperar esta parte tan importante de la ciudad. Un edificio del siglo V, con una amplia historia y también tiene sus misterios. No obstante es una invitación para que el sevillano se atreva a descubrir un punto que hace viajar al pasado de forma indiscutible.

Su nombre literal es Monasterio de San Jerónimo de Buenavista y su estado actual refleja el paso del tiempo y patetismo del abandono, deja ver las excelencias que un día lo encumbraron y que hoy no es ni una sombra de lo que fue.

Su construcción fue promovida por fray Diego Martínez en 1414, de noble cuna y notables influencias reales este religioso del monasterio de Guadalupe se las ingenió para que se permitiera y llevara a la práctica la construcción del monasterio.

Transcurridos los siglos el edificio va cayendo en decadencia, resiste la ocupación francesa hasta que un incendio en 1815 destruye buena parte del mismo. Se abandonó el edificio y durante lo que restó del siglo XIX y XX tuvo diferentes usos, en el año 1985 fue adquirido por el ayuntamiento de Sevilla sin tener un uso definido.

Cabe destacar que los Reyes católicos, entre 1477 y 1502, visitaron Sevilla hasta en ocho ocasiones y que el rey, junto a su segunda esposa, Germana de Foix, rindieron visita al mismo pernoctando en su interior antes de entrar en la ciudad. Otros monarcas que hicieron lo propio fueron Carlos I de España antes de contraer matrimonio con Isabel de Portugal o Felipe II el 30 de abril de 1570. También Felipe IV el 29 de febrero de 1624 y Felipe V entre 1729 y 1733.

El monasterio de San Isidoro del Campo y el de San Jerónimo eran los dos grandes edificios de la ciudad. Sus formas góticas recuerdan a la catedral de Sevilla, monasterio que se vincula a Juan de Herrera, que tuviera su parte en el Monasterio de El Escorial o el propio Diego de Riaño. Igualmente destacada era su torreón gótico y su espadaña.

Incluso se tuvo una dispensa real para poder imprimir sus propios libros, como le ocurriera a San Isidoro del Campo.

En el siglo XVII entra en decadencia, en 1699 tenía 150 frailes pero en el siglo XVIII apenas se contaban 40 y en el siglo XIX tan solo una docena. Con la invasión napoleónica el 18 de agosto de 1808 y las consecuencias del mismo queda saqueado y aunque, posteriormente, se autorizó la vuelta de los frailes al mismo fueron muy pocos los que lo hicieron, en muchos casos trasladándose mejor al convento de Santa Paula de Sevilla. En 1835 se disolvió la orden jerónima en nuestro país y se reutilizó primero como lazareto (hospital) y como colegio, también en fábrica de vidrio en 1843 de la mano en Enrique Hodson Cortés o, años después, como un almacén.

Es un edificio destacado, declarado Monumento Histórico Artístico desde 1964, protegido y, desde 1984 propiedad del Ayuntamiento de Sevilla.

Cercano tiene el cementerio protestante de Sevilla o “Cementerio de los Ingleses” y tanto en este como en el monasterio se cuentan sus historias de fantasmas aunque eso es otra cuestión que nada tiene que ver con este pasaje de Sevilla que tiene su protagonista en el Monasterio de San Jerónimo que hoy hemos visitado.