Vivimos en una ciudad que gusta de vivir sus tradiciones y que se puede considerar el mucho fervor ante, por ejemplo, su Semana Santa.
Quizás por ello es por lo que el Hotel “Los Seises” llama la atención de aquellos que agradecen los símbolos. ¿Por qué escribo de esto? Uno de los “pasos” más destacados de nuestra Semana Santa es el de la “Oración en el Huerto”, de la hermandad de Monte-Sión. Pues Sevilla tiene un olivo traído del mismo “Monte de los Olivos” donde Jesús de Nazaret rezó con sus apóstoles y donde se consumó la traición de Judas Iscariote.
En pleno barrio de Santa Cruz encontramos, a la sombre de la Giralda, este olivo traído del Getsemaní por el asistente del arzobispo-cardenal Carlos Amigo Vallejo, Pablo Noguera, en el año 1990 desde Tierra Santa. Se plantó en el suelo del hotel y hoy es un “elemento” admiración y hasta de veneración.
En el Getsemaní se produjo uno de los episodios más trascendentales de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret tras la Última Cena y según relatan los Evangelios. En esta zona, donde hoy se realizan catas arqueológicas importantes y donde pudo asentarse una importante industria aceitera que también entronca con la tradición, en ese mismo sector, de Andalucía y Sevilla.
Otra sorpresa en “Los Seises”
Como segunda sorpresa que nos ofrece este bello hotel en tan singular lugar es que en su interior podemos encontrar parte de lo que fue la vieja calzada romana de la Híspalis imperial así como un destacado mosaico que representa motivos marinos, de agua, y que podían señalar este mismo punto como aquel en el que, en esa época, se encontraban unos baños romanos, unas termas, que no es de extrañar por la riqueza arqueológica de la zona.
El hotel “Los Seises” además de tener estas curiosidades en su interior forma parte del Palacio Arzobispal, del conjunto arquitectónico y se le conoce como “el tercer patio”. Visitarlo es también hacerlo a una parte de nuestra Historia que, seguramente, no conocía.