«Si los maricones de entonces vieran, 40 años después, las avenidas sevillanas llenas de gente joven reivindicando sus derechos, creerían que es ciencia-ficción». Lo dice un veterano homosexual que conoció aquellos tiempos difíciles para todos, pero especialmente para quienes eran «diferentes». Este sábado, dos manifestaciones recordaron la efeméride en una tórrida tarde tan festiva como rica en consignas por la libertad y la igualdad.
Una transexual también veterana que prefiere mantenerse en el anonimato recordó su primera detención, a los 15 años. «Estuve cuatro meses en prisión, ¡sin juicio!, aquí y en Huelva», evoca, todavía conmovida con aquella experiencia. «A mi madre, la pobre, aquello le costó incluso estar ingresada. Ahora nos parece muy lejano, pero lo pasamos muy malamente», agrega.
Manolo Cortés, otro airoso superviviente de aquel aparato represor, no llegó a pisar la cárcel, pero no se olvida de las 72 horas que permaneció arrestado en la comisaría de la Gavidia. «Me negué a firmar la declaración de que era maricón, Mis amigos sí estuvieron en la cárcel de Huelva, y a mí me tenían vigilado», rememora. «Imagínate la alegría que me da ahora ver todo esto. ¿Pero sabes? Yo intuía que las cosas cambiarían a la muerte del dictador». ¿Ha sido largo el camino? «No me lo parece tanto: en 20 años nos casábamos si queríamos».
Este año la cabecera de la manifestación (aunque también desfile o cabalgata, pues no se ha perdido del todo el espíritu desenfadado y desinhibido que siempre ha caracterizado esta cita) que parte a las ocho de la tarde del Puente de los Bomberos es para ellos, para algunos resistentes memoriosos de los años duros. Los jóvenes los saludan con entusiasmo, se hacen fotos con ellos.
«Estamos aquí para conmemorar los 40 años de lucha y avances desde que se nos retiró la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social», interviene Inmaculada García, presidenta de la Federación Plataforma Orgullo LGTBI-J Andalucía, mientras despliega una pancarta con el lema 40 años de igualdad LGTBI. «Por eso este año la manifestación va encabezada por personalidades históricas, que fueron encarcelados y perseguidos por su condición sexual».
Echando la vista atrás, cree que aquellos que discriminaban o reprimían a los homosexuales, bisexuales o transexuales hace cuatro décadas no darían crédito hoy a la forma en que el movimiento ha crecido. «Se preguntarían qué hacen aquí todos estos pervertidos. Siempre se nos consideró enfermos», apunta.
El éxito es incontestable, pero no lo son menos los retos que todavía quedan por delante. «En Andalucía la verdad es que ahora estamos bastante bien, tenemos leyes autonómicas bastante avanzadas, pero ahora tenemos que llevar nuestras reivindicaciones a nivel estatal. Falta una ley contra la LGTBIfobia, una ley trans, y plasmar todo lo que hemos conseguido aquí en Madrid, porque todas las propuestas de ley que presentamos son tumbadas siempre por los mismos grupos políticos», lamenta García, quejándose especialmente del Partido Popular.
«Por eso no nos gusta llevar partidos en la manifestación, porque consideramos que algunos solo quieren hacerse la foto, y por ahí no pasamos. Todo el mundo es bienvenido, pero para la foto no», concluye la presidenta de la federación.