Fue un hermano que pasaba por allí el que dio la voz a alarma. Al parecer se percató de que una puerta de la Recaredo estaba abierta a altas horas de la madrugada. Minutos después varios miembros de la hermandad de San Roque acudieron hasta el lugar para comprobar qué estaba sucediendo realmente, pues no era habitual que estuvieran abiertas las dependencias parroquiales a esas horas de la madrugada de un domingo.
Todo quedó en un susto. Al acceder al interior pudieron comprobar que se trataba de «un acto de robo menor, sin mayores consecuencias», como ha explicado la corporación del Domingo de Ramos en una nota informativa colgada al mediodía de ayer en su página web.
Fuentes consultadas por este periódico confirmaron de que afortunadamente se trata de un incidente menor en el que «no ha habido que lamentar hechos graves». Ello coincide con el mensaje de tranquilidad que la hermandad de San Roque ha trasmitido a sus hermanos al subrayar que «no ha habido que lamentar ningún perjuicio ni personal ni material».
Algunos feligreses habituales de la collación de la plaza de Carmen Benítez llegaron a asegurar que se habían producido algunos desperfectos en las dependencias parroquiales, como «el destrozo de la puerta del despacho del párroco» y «algunas herramientas que aparecieron tiradas por el suelo de la sacristía». Eso sí, el párroco de San Roque, Ramón Valdivia Giménez, ofreció una explicación de lo sucedido a los fieles en la misa de las doce del mediodía de ayer domingo. En declaraciones a este periódico, el sacerdote trató de restarle importancia a lo acontecido. Eso sí, el párroco reconoció que el individuo rompió uno de los lampararios (mueble con lámparas o velas que se encienden como ofrendas), y que se llevó las monedas que tenía dentro.
El incidente ha coincidido con los cultos que desde hace unos días se viene celebrando en honor del Nuestro Padre Jesús de las Penas, imagen titular de la cofradía de San Roque. Así tras la culminación del quinario en su honor y la función principal de instituto celebrada el pasado 22 de enero, este fin de semana la imagen del Nazareno se encontraba en el presbiterio del altar mayor para la celebración del solemne besapiés y posterior viacrucis de traslado a su capilla, que se pudo celebrar sin problemas en la noche de ayer.
La corporación, que dirige en estos momentos Alfonso Medina de Vega, ha aprovechado el comunicado explicativo a los hermanos para «condenar enérgicamente lo acontecido» y, de paso, «aprovechar la ocasión para agradecer públicamente las muestras de cariño que han llegado a la hermandad desde el momento que se tuvo conocimiento del hecho».