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Actualizado: 29 ene 2017 / 21:22 h.
  • Una nueva vida para las academias
    Aspirantes a plaza de enfermero y auxiliar administrativo en el Servicio Andaluz de Salud en un examen de enero de 2016. / Inma Flores
  • Una nueva vida para las academias
    Un aula de la Academia Adams, en la calle Lineros. / El Correo
  • Una nueva vida para las academias
    Palmapol, especializada en Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. / El Correo
  • Una nueva vida para las academias
    El director de la academia Ecoem, Javier Sánchez Menéndez. / El Correo

Repuntan poco a poco las ofertas de empleo público y las academias privadas, que son la opción elegida de forma mayoritaria por los opositores, lo notan. El mercado de las academias es tan amplio como el ámbito del empleo público: no es lo mismo competir por una plaza de Policía Local que por una de celador de un hospital, y no es igual aspirar a ser profesor de Secundaria que a ser administrativo de la Consejería de Justicia.

El mercado tampoco es el mismo que el de hace unos años. «El mundo de las oposiciones ha pegado un giro importante. Hay convocatorias por parte de la Junta, que apuesta por el empleo público y tiene regularidad. Y eso es muy importante. El alumno sabe que el año que viene probablemente tendrá otra oportunidad», resume Isabel Ruiz Piñas, directora de la Academia Adams de Sevilla, referente para quienes opositan a puestos de la administración general.

Las academias son también el recurso habitual para conocer cuanto antes por dónde se moverán las ofertas de empleo. Ruiz explica que «a nivel estatal también tenemos una oferta muy importante. Justicia va a sacar oposiciones, y también se espera que pueda haber acumulación de plazas». «Todo se traduce en que hemos tenido años de sequía de oposiciones, de limitación de tasa de reposición. Ahora se ha abierto para sectores prioritarios, y eso hace que las administraciones puedan sacar más plazas», apunta, y su academia lo agradece: «Hemos incrementado el número de alumnos. Durante la crisis llegamos a tener 200 y ahora estamos en cerca de 900. Este año pasaremos de los mil».

Adams contó con 91 alumnos en 2013; con 150 en 2014 y con 500 en 2015. El año pasado sufrió un bajón de 100 estudiantes y este año anda ya por los 850, aunque el hecho de que falten por salir plazas de Justicia y Estado lleva a Ruiz Piñas a pensar que el número subirá considerablemente.

Más allá de las cifra, destaca un hecho nuevo. «Hay una cosa que asusta: la edad media del opositor, que ha subido. La cantidad de alumnos por encima de 45 que preparan oposiciones ha crecido. Es gente que está parada y, con una edad en la que es muy difícil que te contraten», de manera que se encuentran con dos opciones: emprender o preparar una oposición. En el empleo público ven, explica Ruiz, el aliciente de la estabilidad. Y un aviso para quien compita con ellos: «Vienen muy motivados y están subiendo mucho el nivel».

Educación

En el ámbito de la educación, la opción mayoritaria en Sevilla es Ecoem, con sus 27 años de vida como aval. También allí comienzan a notar una tendencia positiva, con matices. «Parece que las cosas comienzan a funcionar. Pero ya no es como antes», analiza su director general, Javier Sánchez Menéndez. «La mentalidad del opositor ha cambiado mucho. La oposición requiere sacrificio, vocación y dedicación. La mentalidad del opositor de hoy estos tres aspectos no los tiene muy asimilados. Estos años todo el mundo se puso a estudiar inglés y existe un conformismo en estos jóvenes titulados. Se conforman con poco», lamenta, y apunta otro factor importante: el carácter temporal de la contratación laboral como fórmula mayoritaria en España. «Esto hace preciso que tengamos una serie de años en los que se consolide la necesidad del funcionariado, en nuestro caso el docente, en los que haya ofertas aceptables, años en los que haya un pacto de estado, necesitamos que no haya tantos cambios de leyes educativas...», apunta. No son peticiones vanas, sino que apuntan en una única dirección: dar seguridad a quienes se quieren enfrentar con el reto de las oposiciones: «Con todo este maremágnum existe una incertidumbre que ha hecho que el aspirante a profesor haya perdido la ilusión, la vocación, y estos trabajos temporales han hecho que se conforme».

Durante los últimos años, la tasa de reposición ha sido un gran freno en la docencia. Hasta 2014 fue del 10 por ciento, y pasó al 50 por ciento en 2015. A partir de 2016 es del cien por cien. Y un motivo más para pensar en esta salida laboral: según datos de la propia Ecoem, en menos de 10 años se van a jubilar 200.000 docentes en España. «Hace falta que disminuyan las ratios y que se cubran las plazas. Hay mucha falta de profesores. Tenemos un porcentaje importante de docentes próximos a la jubilación y eso hay que tomárselo en serio. No para que un centro de formación tenga más alumnos, sino porque somos padres y queremos que nuestros hijos reciban la mejor educación», aclara.

En los últimos años, el número de alumnos bajó en Ecoem un 70 por ciento, cuenta Sánchez, «y en la actualidad estamos a un 50 por ciento de lo que éramos. Lo que teníamos antes no lo vamos a ver nunca más. Naturalmente, las personas aprenden, los empresarios aprendemos y nos adaptamos manteniendo la profesionalidad. Pero es prácticamente imposible que se vuelva a esos niveles».

Policía y Guardia Civil

Otro nicho importante de empleo público está en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Como la Policía Nacional y la Guardia Civil, en cuyos procesos selectivos está especializada la academia Palmapol, que nació en Palma del Río hace 10 años y cuenta con sedes en Sevilla y Córdoba, además de su propia editorial: Decuma. Antonio Torres, profesor y policía en segunda actividad, destaca cómo ha cambiado el sector en una década. «Ha sido radical. Hace diez años había 5.000 plazas para la Policía Nacional, el nivel era el Graduado Escolar y el perfil del opositor era el de graduado escolar, bachiller y algún universitario». Todo eso es historia: «Vinieron los recortes, la crisis, ha habido años de 140 plazas para la Policía Nacional para toda España». Desde hace un par de años, esas cifras están creciendo hasta los 2.600 puestos de 2016. «Parece que va a haber continuidad», explica, y lo justifica con datos: «Según el ultimo estudio, faltaban 10.000 o 12.000 policías nacionales para completar la plantilla en España». Sevilla es un buen ejemplo de esta carencia de agentes.

Lo que también resalta Torres es que «el perfil del opositor ha cambiado: el 40 o el 50 por ciento son universitarios: licenciados en derecho, arquitectos... Y el nivel ha subido». También ha crecido la edad de los aspirantes. «Hace unos años, en la época del boom económico, presentarse a la Policía era...», cuenta, y añade que, una vez que se eliminó el límite de edad para la Policía Nacional, y aunque la mayoría de alumnos tienen de 25 años en adelante, «ha entrado gente con más de 40 años». «Quitaron el límite de edad porque buscan un perfil. Si cumplen el perfil da igual tener más de 40 años», razona. Otro campo que se abre.