Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 30 dic 2017 / 12:45 h.
  • El año de la seguridad, los aniversarios y el turismo
    El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, junto al portavoz del gobierno. / Jesús Barrera

Con el pleno que se celebró el pasado miércoles en el Salón Colón del Ayuntamiento los grupos municipales echaron el cierre oficial a un año marcado por la ausencia de grandes sobresaltos en la política local. Atrás queda un 2017 en el que el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha vivido su tercer año al frente del gobierno de la ciudad, unos meses en los que ha vuelto a hacer valer su minoría de 11 concejales –la misma con la que aterrizó en la Alcaldía en 2011– gracias a una capacidad de negociación en la que han primado los intereses por encima de las ideas. Es decir, que igual que sacó adelante los presupuestos con la abstención de Participa Sevilla logró refrendar las ordenanzas fiscales para 2018 con la abstención del PP. O lo que es lo mismo, se vale de la izquierda o derecha según sea necesario a pesar de que siga asegurando que su «predilección» sigue siendo llevar a cabo políticas con sus dos socios de investidura.

Su fiel escudero ha vuelto a vestirse este año de naranja. Espadas ha contado con el apoyo de los tres concejales de Ciudadanos para los grandes temas y, lo más importante, para lograr desatascar algunas votaciones enquistadas. A cambio, a Javier Millán le ha bastado con apuntarse el tanto de algunos de los proyectos que ha presentado el gobierno local: las líneas de Tussam, detalles del Año Murillo y otras parcelas culturales y la bajada del IBI en un 3 por ciento, auténtica bandera de su gestión. Una decisión especialmente criticada pues, según el informe del Consejo Económico y Social de Sevilla, la medida no tendrá gran repercusión en los bolsillos de los sevillanos y sin embargo sí lo hará en las arcas municipales, pues se rebaja el techo de gasto.

Pero la realidad es que este año que ahora termina tiene un nombre propio: la seguridad. La obsesión municipal, heredada del resto de corporaciones locales del país, se vio agudizada por los atentados perpetrados el pasado mes de agosto en Cataluña. Desde entonces Sevilla se ha transformado para ser una ciudad más segura. Basta con darse un paseo por sus calles para comprobarlo. Macetones en las zonas turísticas, peatonalizaciones como la de Mateos Gago o dispositivos policiales permanentes instalados juntos a los principales monumentos de Sevilla se han convertido ya en unas medidas habituales que, por el momento, han venido para quedarse.

Otra de las decisiones que se han implantado de manera definitiva es la reordenación de veladores en las calles más emblemáticas del centro donde resultaba complicado el paso. La Campana quedó limpia de terrazas y se redujeron los de la Avenida y San Fernando no sin una polémica entre Ayuntamiento y hoteleros que finalmente llegó a buen puerto.

Turismo y aniversarios

El turismo ha vuelto a ser una de las buenas noticias del año. Al momento dulce que la ciudad vive en este sector se le suma que en 2017 el aeropuerto ha superado la barrera de los cinco millones de viajeros. Un récord inédito hasta la fecha en San Pablo. Las buenas cifras están respaldadas por una importante apuesta en las conexiones aéreas, el aumento del turismo de congresos y ese nuevo modelo de Feria de Abril cuyos datos –dejó 825 millones de euros, 90 de ellos gracias al día de más ganado– mostraron a los más críticos las ventajas de contar con dos fines de semana.

2017 fue también el año de los aniversarios. Se cumplían 25 años de la Exposición Universal que transformó Sevilla en la ciudad que es hoy en día y en las últimas semanas arrancaron los fastos para conmemorar el 400 aniversario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo con un compendio de exposiciones que traerán a la ciudad hasta 600 piezas del pintor sevillano. También comenzaron las obras en el Pabellón Real, siguen los trabajos en Santa Clara y Artillería y la casa Fabiola se encuentra en plena transformación para albergar, por fin, la colección Bellver.