El diestro Manuel Díaz ‘El Cordobés’ ya se encuentra en capilla. Este mismo sábado reaparecerá en los ruedos después de dos temporadas alejado de la profesión por la implantación de una doble prótesis de cadera. Se trataba de atajar un severo cuadro de artrosis que estuvo a punto de sentenciar una carrera que, en el momento de la inevitable retirada, vivía una etapa feliz en las corridas organizadas junto a su hermano Julio Benítez. Manuel Díaz, que actúa en Sanlúcar de Barrameda acompañado de Enrique Ponce y Emilio de Justo para lidiar una corrida de Juan Pedro Domecq, no descarta volver a torear en el futuro con él. De hecho, su marcha temporal se produjo después de la vorágine de esos festejos organizados a raíz de estrenar una relación que había encontrado demasiadas trabas antes. Pero Julio Benítez también tuvo que dejar de torear después de sufrir un gravísimo accidente de circulación.
“Si esto avanza y sigue para adelante volveré a torear con Julio”, afirma rotundo Manuel Díaz. “Para mí, personalmente, me motivó mucho torear con él; significó mucho en mi vida que el toro nos uniera después de tantos años” explica el matador antes de volver a sentir el tacto del traje de torear. “Es que he conocido a un hermano y eso no puede ser más agradable, ojalá podamos retomarlo; ésa es mi intención”, remacha. La lesión de caderas, en un principio, parecía el final de su trayectoria como matador de toros. “Durante muchos años había sufrido muchos dolores y molestias e incluso había aprendido a inyectarme yo solo corticoides y antiinflamatorios antes de torear pero con el tiempo se fue agravando la situación y me hice una primera intervención –una limpieza por artroscopia- que me mantuvo cuatro o cinco años sin padecer tanto”, explica el torero.
Pero llegó un punto de no retorno. “El dolor y la lesión era ya insufrible y decidí operarme en Sevilla con el doctor Cansino que me habló de una prótesis moderna que se aplicaba a deportistas de élite y a gente joven que quería seguir manteniendo una intensidad en el ejercicio físico”, explica. Pero las dificultades no habían terminado. “Me operé de una pierna y a los seis meses hubo que afrontar la otra”, recuerda el diestro. Era una secuela previsible pero Manuel Díaz, después de preguntar al médico, comenzó la rehabilitación con la meta puesta en su retorno a los ruedos: “Han sido tres años de mucha intensidad: de gimnasio, de rehabilitación, de terapia... de un constante esfuerzo diario y a día de hoy me encuentro perfectamente y sin ninguna limitación”.
“Eso sí, tengo dos prótesis de titanio y están ahí pero creo que no me van a impedir en nada realizar mi profesión”, advierte el torero que aún no ha puesto plazos ni fechas al alcance de esta reaparición. “El planteamiento lo va a marcar la situación y como me vaya encontrando” precisa Manuel Díaz que ya cuenta con el ofrecimiento de plazas clave en su trayectoria profesional como la de Burgos o Huesca. “Son plazas serias, de ferias, y a lo mejor en un futuro estoy capacitado para enfrentarme a ellas” advierte el diestro que prefiere, por ahora, dar pasos más cortos. “Ésa es mi intención; si soy capaz de hacerlo en Sanlúcar puedo hacerlo allí también pero no quiero adelantar muchas cosas; quiero ver mis sensaciones, como me encuentro y sobre todo mantener el respeto que yo le tengo al público”, precisa.