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Actualizado: 16 mar 2020 / 12:00 h.
  • Foto: Rubén Melero
    Foto: Rubén Melero

Lo guardaba en el cajón...

La estocada –hasta las cintas- es en el corazón de la ciudad. La cancelación de la Semana Santa; el previsible traslado de la Feria de Abril hasta septiembre y el necesario y comprensible toque de queda impuesto –tarde y mal- por las autoridades nos han robado esta primavera que perfumaba las calles desoladas de la ciudad antes del cambio oficial de estación. ¿Quién me ha robado el mes de abril? El himno melancólico de Joaquín Sabina se adapta como un guante a esta situación que nadie, ni en el peor de los escenarios, podía atisbar. Esta película de miedo nos ha recordado que nada es intocable, que todo pende de un hilo demasiado fino... Las tardes de abril y el primer mayo transcurrirán sin aguardar la salida de las cofradías ni encarar ese paseo ilusionado hasta la plaza de toros escuchando el cascabeleo de los coches de caballos. Es lo que hay. Pero la vida sigue aunque haya que contemplarla desde la atalaya de una azotea. “¿Quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón...”

Nos han robado el mes de abril
Foto: Toromedia

Sin toros hasta septiembre

Ramón Valencia se encuentra a la espera de oficializar el traslado excepcional de la Feria de Abril hasta la tercera semana de septiembre. La reunión con el alcalde Juan Espadas que dará carta de naturaleza a esos planes podría verificarse hoy y mismo y con ella, el comunicado definitivo que pondrá negro sobre blanco el nuevo esquema de temporada, que quedará drásticamente reducida. Los planes de la empresa Pagés, que ya había hecho un importante desembolso económico de cara al normal inicio de la campaña, pasan por organizar una semana larga de toros que podría oscilar entre los días 18 y 27 de septiembre, en torno a San Miguel. En principio no habrá más. Las novilladas con picadores y el ciclo veraniego de promoción del mes de julio –previsiblemente- quedarían por ahora en el limbo. Habrá que ajustar fechas, elaborar nuevos carteles, encajar esa nueva oferta con las muchas ferias que tendrían celebrarse en el mes más taurino del año si concluye esta pesadilla. Pero nada será igual. El abono anunciado a bombo y platillo el pasado 13 de febrero ha quedado convertido en papel mojado mientras los rostros de las principales figuras –triste paradoja- siguen paseándose a lomos del metrocentro en medio de la ciudad desolada. No hay que darle más vueltas: la expansión del covid-19 y el inevitable y demorado despliegue de medidas de contención es un torpedo directo a toda la economía en general y a la del toro en particular, que ya atravesaba su propia crisis. Habrá un antes y un después: si las empresas afrontan este parón apretándose el cinturón hasta el último agujero, las principales figuras tendrán que entender la situación con altura de miras. Está en juego la viabilidad del propio espectáculo y hasta del modelo que hasta ahora habíamos conocido. Y no está de más decirlo: la patronal clamaba en público y en privado por la adecuación de ciertos emolumentos sin decidirse a meterle mano al melón. Ha tenido que llegar una ruptura de esta magnitud para marcar un punto de no retorno...

Suspensiones en cadena

Hablamos ya de cincuenta festejos pero la lista engorda día a día. Y lo que queda. Las cancelaciones de las ferias de Fallas en Valencia –con la reaparición española de Andrés Roca Rey- y la Magdalena en Castellón encendieron la primera alarma. Detrás fueron las novilladas inaugurales de la temporada en Las Ventas, la corrida de Morón, el festival de Huelva, la feria de Primavera de Guadalajara, los ‘victorinos’ en Jaén, la feria de San José en Arnedo, el festival del Cáncer en Murcia y otros festejos menores a los que hay que sumar, a un mes vista, la suspensión de la feria de Pascua de Arlés, escenario de la vuelta de Alejandro Talavante el Sábado Santo. Al día siguiente tenía que haber comparecido en Sevilla. Ya saben que no habrá ni una ni otra. A estas alturas nadie duda que la Feria de Jerez, organizada por Matilla, podría ir detrás. José María Garzón, flamante empresario de la plaza de Córdoba tendrá que sumar las dificultades inherentes al coso de Los Califas a las trabas impuestas por el coronavirus. Garzón sabe que el ciclo taurino de Córdoba –que este año se adelantaría al primer fin de semana de su interminable e invertebrada feria- está en el aire... Pero la pregunta del millón está en saber qué pasará con San Isidro, el gran mundial del toreo... Nos vamos, pendientes del incesante goteo de noticias que se está produciendo estos días. Hoy tenía que haberse celebrado una importante corrida de toros en Valencia para conmemorar el trigésimo aniversario de la alternativa de Enrique Ponce. El valenciano iba a actuar mano a mano con Pablo Aguado. Nos vemos en siete días.