Opinión | El triángulo

Sin equidistancias

Por mucha explicación que requiera, todo concluye en la carnicería en directo a la que estamos asistiendo en Oriente Próximo para terminar con Hamás

La ciudad ucraniana de Jarkov

Ante la imagen de los niños palestinos ardiendo en vida en el campamento de desplazados en Rafah, a los que previamente se les había ordenado ir ahí, a la nada, tras haber arrasado con sus casas y sus familias, sigue habiendo voces que hablan de la defensa de un Estado democrático contra el terrorismo. Deberíamos precisar los términos, Israel tendrá un gobierno electo, pero eso está muy lejos de los estándares mínimos de democracia; estará en guerra, pero no justifica ninguna de las atrocidades constantes que no es que vulneren el derecho internacional humanitario, como muy tibiamente reconoce Biden, es que han arrasado con él.

No hay nada que justifique las acciones del ejercito israelí enardecido por una dirección política de tal manera que, a veces, da la impresión que actúa sobrepasando cualquier directriz del poder civil, o es que quiero encontrar una justificación a este envilecimiento humano del que siempre somos capaces de encontrar en algún rincón del mundo. Por mucha explicación compleja que requiera la situación, todo concluye en la carnicería en vivo y directo a la que estamos asistiendo en Oriente Próximo para terminar con Hamás. Si acabáramos con toda la población en situación de pobreza en el planeta, acabaríamos con el hambre, y así muerto el perro se acabó la rabia.

Y habría voces que dirían que ellos se lo han buscado por no saber ser afortunados en la vida, y que es una carga extrema para el resto, y lo llamarían anarco liberalismo y en nuestro país, en ese grupo exclusivo del privilegio, lo aplaudirían.

Resulta difícilmente soportable ver cómo el futuro de los más desfavorecidos en lugar de generar solidaridad produce rechazo o indiferencia altiva como si ellos fueran inmunes a que les pudiera suceder en cualquier momento. Cuando una guerra se te viene encima, bien lo sabían nuestros abuelos, o una crisis de salud global, bien lo vivimos nosotros, aunque cuatro años den para el olvido.

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Hace dos años del comienzo de la invasión rusa de Ucrania, y con Zelenski en nuestro país, Podemos ha decidido no acudir al encuentro de portavoces parlamentarios del Congreso con el presidente del país invadido, justo una semana después de que su secretaria general hablará de la guerra de Ucrania y de Estados Unidos para referirse a la invasión rusa de un país soberano. Volviendo a acotar conceptos, el mayor ataque convencional en suelo europeo desde la segunda Guerra Mundial, el que mayor número de refugiados ha generado en el continente desde esa fecha, más de siete millones de personas. En un mundo de grises hay situaciones que son a blanco o negro, y por uno de los dos hay que apostar.