Opinión | Tribuna

La Universidad de Sevilla en la encrucijada. Llegó el momento del Claustro

Fachada principal del Rectorado de la Universidad de Sevilla

Fachada principal del Rectorado de la Universidad de Sevilla / Jorge Jiménez

El pasado 25 de abril publiqué una carta abierta al Rector de la Universidad de Sevilla en la que le trasladaba la urgencia de afrontar la reforma del Estatuto, para adaptarlo a la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), y elegir al próximo Rector/a por sufragio universal, y un mes más tarde, en el Claustro del 27 de mayo, pedí al Rector un calendario de reforma estatutaria.

Como era de esperar, ni hubo calendario ni la urgencia fue asumida por un Rector que desde el primer momento se ha mostrado contrario a la LOSU y que ha intentado frenar la reforma estatutaria todo lo posible. De hecho, no fue hasta el 10 de junio (un año y dos meses después de la aprobación de la LOSU) cuando el Rector reunió por primera vez a la Comisión de Proyectos Normativos. Comisión que lleva enfrascada en debates desde esa fecha y que al parecer se había fijado como límite el 25 de julio para proponer un proyecto de estatuto.

Seguro que hay quien pensará que cumplido ese límite sería posible llegar en tiempo a la convocatoria de las elecciones a rector/a, que debe producirse antes del 21 de enero de 2025, pero nada más lejos de la realidad. Me explico, teniendo en cuenta que la Junta de Andalucía dispone de 4 meses para emitir el informe de legalidad y que además el Estatuto tiene que ser aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta y publicado en BOJA, es razonable prever que el tiempo que transcurriría hasta la publicación del nuevo Estatuto sería de unos 5 ó 6 meses. Esto implica que, para garantizar la convocatoria legal de las elecciones a Rector/a, el Estatuto debería haber estado aprobado por el Claustro y remitido a la Junta de Andalucía en torno al 21 de agosto. Si tenemos en cuenta que el mes de agosto es inhábil, solo si hubiéramos tenido aprobado el Estatuto en el Claustro el día 31 de julio habríamos tenido garantías de celebrar elecciones en tiempo y forma, por lo que ya está claro que llegaremos al 21 de enero de 2025 sin convocar elecciones a Rector.

Desde que se aprobó la LOSU, se cuenta en los mentideros de la Universidad de Sevilla que Miguel Ángel Castro, el Rector de la US, tenía el “plan” de provocar que el estatuto no estuviera aprobado antes del 21 de enero de 2025, con la excusa de la no aprobación de la ley andaluza, para así poder convocar elecciones a Rector/a por el claustro y no por sufragio universal como manda la LOSU. Un plan que habría abandonado ante la advertencia de que algunos iríamos al juzgado si lo intentase. En la nueva tesitura, cuentan los mentideros, que ahora el “nuevo plan” del Rector consistiría en prorrogar su mandato todo lo posible, aprobando el estatuto a final de 2024, para que la reforma no se apruebe por la Junta, y se publique en BOJA, antes de junio de 2025, lo que llevaría a convocar elecciones para noviembre, dado que en julio, agosto, septiembre y octubre son inhábiles para elegir Rector/a. Con esto no conseguiría la elección por claustro pero al menos prorrogaría casi otro año más su cargo.

Este nuevo plan ha sido corroborado por un hecho producido en las últimas semanas. Me refiero a la puesta en marcha por parte del rectorado de una reforma exprés provisional del Estatuto, para “adaptar provisionalmente las normas estatutarias a lo dispuesto en la LOSU en lo referente al modo de elección de las comisiones de selección y al procedimiento del desarrollo de los concursos a plazas de Profesor Ayudante Doctor”. Una reforma exprés planteada porque, como la composición de las comisiones de contratación del Estatuto actual no se ajusta a la LOSU, el retraso de la aprobación definitiva del nuevo Estatuto podría dar lugar a que en el próximo curso académico 2024/25 no se pudieran celebrar concursos de profesores ayudantes, lo que implicaría paralizar la carrera académica del personal interino que obtenga el doctorado en ese curso.

Con este procedimiento extraordinario, el Rector nos ha transmitido dos informaciones: por una parte, que prevé un largo recorrido temporal para la reforma estatutaria, confirmando la información de los mentideros; y por otra parte, que la reforma de las cuestiones fundamentales y urgentes de adaptación estatutaria a la LOSU pueden seguir un procedimiento exprés transitorio que permita cumplir la ley lo más rápidamente posible.

Atendiendo a esto último, y como, obviamente, elegir al Rector de la US en tiempo y forma es una cuestión fundamental, tanto o más que adaptar comisiones de contratación, la pregunta que surge de inmediato es: ¿Por qué el Rector no ha utilizado el mismo procedimiento exprés para presentar una adaptación del sistema de elección de Rector/a y cumplir el plazo y convocar antes del 21 de enero de 2025 las elecciones a Rector/a por sufragio universal ponderado?

Al no utilizar la reforma exprés, el Rector de la US ha corroborado los peores presagios y nos ha dejado claro que llegará al final de su mandato sin el sistema de sufragio universal en vigor. Le hemos pedido por activa y por pasiva la reforma del sistema de elección de Rector, para que la US deje de ser la excepción del sistema universitario público español, y los hechos demuestran ya a las claras que su verdadera intención ha sido siempre no cumplir los plazos para elegir al Rector por sufragio universal.

El problema con el que nos encontramos en este momento es que, si el Rector consigue la prórroga artificial de su mandato para disfrutarla a lo Phileas Fogg, va a prorrogar el impasse de gestión que ya vivimos desde que se aprobó la LOSU y va a introducir a la US en un túnel de provisionalidad y desgobierno durante todo 2025, lo que no haría otra cosa que dañar a la institución y retrasar aún más las reformas imprescindibles.

En esa situación, en la que ya existe certeza de que no se reformará el Estatuto para la elección de Rector/a en tiempo, los y las claustrales de la US tenemos la obligación de asumir nuestra responsabilidad. Nos encontramos en la encrucijada de aceptar como borregos la burda manipulación temporal realizada, incumpliendo la legalidad y sumiendo a la Universidad en un letargo adicional de un año o, por el contrario, representar dignamente a la comunidad universitaria y tomar el timón para sacar del atolladero a nuestra institución, consiguiendo que se convoquen elecciones a Rector/a mediante sufragio universal ponderado antes del 21 de enero de 2025.

Para mí, la respuesta es obvia, el artículo 146.a del Estatuto vigente establece que 90 claustrales podemos promover una reforma estatutaria. Siendo así, y utilizando el método exprés y provisional, ya usado por el rectorado para adaptar a la LOSU las comisiones de contratación, podemos hacer lo propio para adaptar la elección a Rector/a de la US y tener el Estatuto reformado a tiempo. Solo se necesitan 90 firmas para tramitar una reforma exprés del sistema de elección de Rector/a y solicitar la reunión extraordinaria del Claustro y 151 votos para ganar la votación. Estoy convencido de que en estos momentos ya es factible alcanzar sobradamente esos apoyos, porque los y las claustrales ni somos como borregos ni vamos a dejar que dañen a la Universidad de Sevilla.