Opinión

Vox se hace un selfie en la Moncloa

Declaración de Pedro Sánchez en la causa que investiga a su mujer, Begoña Gómez

Declaración de Pedro Sánchez en la causa que investiga a su mujer, Begoña Gómez / ZIPI

Del presidente del Gobierno hacia abajo, toda persona que visita la Moncloa tiene como objetivo fundamental contarlo después a sus próximos.

En lenguaje digital, tomarse un selfie para ingresar en la historia. De hecho, una de las condiciones sine qua non impuestas por el juez Peinado para su fallida incursión monclovita fue la grabación de la sesión, que inmortalizaría la entrada del instructor en palacio. La profanación de la sede del poder real junto a un eurodiputado de Vox convertía el asunto penal en una comisión de investigación parlamentaria. Al margen de la condición que disfrazara a Buxadé, porque hasta la ultraderecha moderada coincidirá en que la representación en Bruselas precede a cualquier título acusador.

Vox se hace un selfie en la Moncloa, con una amplia escolta judicial.

Ninguno de los miembros de la comitiva figuran entre los españoles más necesitados o capacitados para entrevistarse con el presidente de todos los ciudadanos. Sánchez está acuciado por pretensiones más perentorias que la embajada con luz y taquígrafos para que la ultraderecha se retrate en la Moncloa.

La innovadora figura de la comparecencia palaciega del presidente del Gobierno inaugura la justicia a domicilio, que solo se aplicará a los privilegiados. En el mismo sentido, cabría preguntarse si la fiscalía deposita el mismo énfasis protector de una imputada en todas las causas, o si también aquí ha aplicado el principio de dependencia gubernamental explicitado por el propioSánchez en una entrevista clarividente. El resultado de la invasión con selfie de Vox en la Moncloa ha sido ridículo, no cabía otra. Para satisfacer egos desatados, se manosea al Estado, puesto que era evidente que el testigo no iba a declarar. Más grave resulta la pretensión negacionista que hurta actos del presidente del ejecutivo a su condición gubernamental, un desdoblamiento peligroso amén de irracional. El conjunto es desastroso para Sánchez, como pretendían PP/Vox, pero la farsa debe continuar.

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