Opinión

Juanmi Vega

El héroe Queipo de Llano

Lápidas sepulcrales de Gonzalo Queipo de Llano y de su esposa en la basílica de la Macarena. / El Correo

Lápidas sepulcrales de Gonzalo Queipo de Llano y de su esposa en la basílica de la Macarena. / El Correo / Juanmi Vega

Ahora que ya tengo vuestra atención, vamos a hablar de verdad. Quiero empezar diciendo que las famosas palabras de Queipo de Llano en Radio Sevilla alentando a violar a mujeres tendrían que hacer vomitar a cualquier persona. Sus actos durante la guerra civil y la represión dejaron en evidencia que fue un criminal de guerra y que nunca debería de haber estado tan cerca de la Esperanza. Pero esta coyuntura nos demuestra que mucha gente no sabe leer.

Mi compañero Álvaro Rodríguez del Moral publicó ayer un reportaje en el que explicaba los motivos por los que Queipo de Llano y el general Bohórquez estaban sepultados en la Macarena. Sólo eso. No dio opinión ni dijo que le parecía mejor o peor, sólo los motivos por los que en su día se enterraron a ambos allí.

En la guerra, como en la Champions League, sólo puede quedar uno. La diferencia es que en un conflicto armado hay derramamiento de sangre, pero siempre hay un vencedor. En este caso hubo un vencedor claro y ese hizo y deshizo a su antojo. Por supuesto que hay gente que lo apoyó, si eso no fuese así, el alzamiento militar nunca hubiese triunfado en España. Y puede que también hiciese cosas buenas para su hermandad, cosas por las que está enterrado allí, aunque las malas fuesen suficientes para haberlos metidos a ambos en una cuba y mandarlos al Charco de la Pava.

A Queipo de Llano y al general Bohórquez hay que sacarlos de la Macarena. Punto. La lástima es que esta decisión ha tardado mucho en llegar y ha tenido que ser por una ley. Por decencia democrática, estos ‘señores’, por llamarlos de alguna forma, deberían de haber salido de ese lugar hace muchísimos años. Gracias a Dios, y sobre todo a la ley, estos personajes dejarán de estar en un lugar que no les corresponde.

Pero este caso me llama sobremanera la atención porque demuestra que vivimos en la sociedad del titular, de profundizar lo menos posible. 140 caracteres son más que suficientes para crearnos una opinión. Nos quedamos sólo en la superficie y no somos capaces de mirar más allá.

El artículo de mi compañero en ningún caso fue una oda al fascismo, ni una defensa a ultranza del nacionalcatolicismo. Tampoco lo comentó para que estos se quedasen en la Basílica de la Macarena. Sólo fue una forma de explicar el motivo por el que ambos estaban allí. Lo que habían hecho para que se les rindiese esos honores, aunque, repito, no fuesen suficientes para seguir en pleno siglo XXI enterrados allí.

Que a Queipo de Llano y a Bohórquez hay que sacarlos de la Macarena es tan obvio como a que muchos de los que seguro que me han tildado de fascista sólo al leer el titular les hace falta repasar el Micho.