Borges dijo que de los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro.
El libro como asombro describe perfectamente ese mundo temporal que visitamos y abandonamos libremente y al que volvemos, siempre en libertad.
El don del escritor es encontrar la palabra ideal, cada palabra única y creo que el instrumento más asombroso que Borges elige para contar qué es el libro, es uno de los grandes aciertos de la literatura.
Nos asombra porque nos hace sentir admiración, miedo, nostalgia, melancolía, amor, dolor, calma, alegría. Porque nos hace sentir. Nos acompaña cuando buscamos compañía, nos espera en silencio cuando preferimos la soledad. El libro está en la biblioteca, sobre la mesa de noche, en la mochila, en la tableta, sin horas ni fechas, convive con nosotros como el alma, la sombra y el corazón.
Sigue la frase de Borges: Todos los demás son extensiones de su cuerpo. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria.
El alma, la sombra y el corazón no fueron inventados por el hombre y los demás instrumentos, la almohada, el paraguas, los zapatos, el sombrero, el móvil, la linterna, la brújula, los teclados, el anillo, no son más que extensiones del cuerpo pero el libro nace de la imaginación y la memoria, el espacio de los sueños, las visiones, los recuerdos y todo lo que vive en las palabras.
El libro contiene al escritor y a los lectores, es el recipiente de muchas miradas y anhelos. Alguien nace con el don de escribir y cuenta lo que otros también viven, sueñan, temen, necesitan.
El libro es un secreto y un lenguaje íntimo, como la voz interior, como el tiempo. Como la lluvia, el mar y cada gota que cuenta lo inmenso.
Yo adoro mi biblioteca. Es mi verdadero espejo. Lamento del libro electrónico la falta de presencia, de tacto, de perfume pero el presente digital es parte del asombro y el libro sigue ahí, asombroso como siempre.
La lectura es una amistad profunda con uno mismo.
Feliz día del libro y hasta el sábado que viene.