La Gazapera

La vieja práctica de naquerar de cante

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
23 dic 2022 / 09:16 h - Actualizado: 23 dic 2022 / 09:18 h.
"Flamenco","La Gazapera"
  • Lolo de Camas. / M.B.
    Lolo de Camas. / M.B.

Estos días son para estar con los amigos de verdad, charlar de todo un poco, hacer balance del año y degustar un buen plato, a ser posible típico de estas fiestas. La cita ha tocado en el pueblo sevillano de Camas, donde vivió y murió Fernando el de Triana, El Decano del Cante Andaluz. Tuvo allí su célebre taberna La Sonanta, en la calle Canalejas. En una casa que ya no existe, por desgracia, murió un 8 de septiembre de 1940, el célebre autor de Arte y artistas flamencos (1935), uno de los tratados más importantes de la bibliografía flamenca. Naturalmente, ayer hablamos de Fernando y su obra, de las fatigas que pasó en Camas y Coria, de lo olvidado que está y, sobre todo, de la necesidad de que no se borre definitivamente su memoria. En la reunión, el gran picador de toros Lolo de Camas, dueño de La Esquina; Pepe Esquivel, el actual presidente de la Peña Flamenca Paco Mazaco, de Coria del Río; su amigo de la infancia, el que fuera novillero sevillano Manuel Benítez Panchón, un castizo hispalense, de la Sevilla del arte y el pellizco; Antonio Bohórquez, mi hermano, y otro Antonio, un aficionado de los que ya no hay, canela en rama, amigo de artistas y con unas vivencias de película en blanco y negro.

Visita a la Peña Curro Romero, para abrir boca, y luego tertulia en La Esquina, un bar con mucha historia y un enorme sabor taurino y flamenco. Casi se han perdido ya estas reuniones, y es una pena, porque se cuentan cosas que difícilmente se podrían desvelar en un programa de radio o televisión. No hablamos de Rosalía o el Niño de Elche, sino de Mairena, Caracol, Marchena, La Sayago, Pastora Pavón, Perrate, Chocolate o Lebrijano. Todos ya fallecidos, pero es que estos días son que ni pintados para la nostalgia jonda. Los grandes cantaores no mueren nunca. En cambio, los malos ni siquiera nacen, se hacen. Y de cante malo estamos ya hasta el gorro. Me ha encantado conocer en persona al picador de toros y apoderado José Manuel Espinosa, Lolo de Camas, un hombre generoso y gran conversador, amante del toro y el cante jondo. Sincero en sus opiniones, que es siempre de agradecer en dos mundos con tanta ficción como son los del toro y el cante, tan unidos en el origen de ambas artes y, a veces, tan separados. Ha sido inevitable no recordar a Jerónimo España o El Chía, ya ausentes del mundo de los vivos. Y la Peña Flamenca los Siete Claveles, donde tan buen gusto había para el cante que duele en las entrañas. Inmejorable manera de recibir la Navidad.