La Gazapera

Manuel Gerena no se rinde

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
27 mar 2021 / 10:01 h - Actualizado: 27 mar 2021 / 11:06 h.
"La Gazapera"
  • Manuel Gerena no se rinde

Ayer almorcé con el cantautor flamenco Manuel Fernández Gerena en El Manriequeño, que está en Colina, el poblado de La Puebla del Río donde nació y creció la gran cantaora de sevillanas María de la Colina. Gerena nació en la otra Puebla, la de Cazalla, de donde eran Francisco Moreno Galván, José Menese y Miguel Vargas, y de donde es también Diego Clavel, alejado ya de los escenarios. Gerena era electricista y como escribía letrillas, un día decidió cantarlas en pro de la libertad y en contra de la dictadura de Franco. Comunista convencido, de los de carné, sin mucho apoyo en su pueblo, llenó polideportivos y plazas de toros. Tras dar más de tres mil conciertos por toda España y parte del resto del mundo, es hoy un cantaor aún en activo, de 75 años, que sigue conduciendo un monovolumen de segunda mano cargado de ropa, propaganda y cacharros por las carreteras de España. Apenas ha cambiado y estos días está promocionando su última obra, un libro con cuatro cedés, Sobre el amor y el desencanto, con cosas de nueva producción y algo ya grabado hace años. No se rinde, entre otras cosas porque solo tiene una pensión no contributiva, como si nunca hubiera aportado nada a la sociedad. Hablaba ayer con él y parecía aún aquel electricista flacucho que en los sesenta del pasado siglo se quería comer el mundo. Antonio Mairena le tenía un respeto, pero algunos críticos lo machacaron, sobre todo los afines al franquismo. Cuando decidí escribir su biografía (La voz prohibida), un importante cantaor, cuyo nombre omito porque ya no vive, me llamó y me dijo que si firmaba ese libro cavaría mi propia tumba como crítico. Lo digo para que se hagan una idea de con los bueyes que tuvo que bregar el bravo cantaor morisco. Verlo todavía cantando, con la voz desgastada, de vuelta de todo políticamente pero firme en sus ideas, es un verdadero milagro. Solo un artista de raza, como él, es capaz de mantenerse en pie después de tantos años y palos y seguir con la ilusión intacta, aunque en su mirada lleve el brillo de la supervivencia. Manuel es un superviviente nato.