La Gazapera

¿Por qué no forma la Bienal?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
30 sep 2022 / 09:34 h - Actualizado: 30 sep 2022 / 09:35 h.
"La Gazapera"
  • ¿Por qué no forma la Bienal?

Cuando nació la Bienal, en 1980, obra de José Luis Ortiz Nuevo, estaba en plena formación de aficionado y confieso que me consideré un afortunado por vivir aquel momento histórico. Ya había hablado de cante con Antonio Mairena en su casa y seguía por los festivales a Camarón, Morente, Lebrijano, La Paquera, José el de la Tomasa y El Chozas. Pero sobre todo, estaba intentando saber sobre este arte, su origen, escenarios y artistas. No había en Sevilla un centro de documentación del flamenco, y así seguimos. No es extraño, pues, que vayamos a la Bienal y veamos al público en pie en cada espectáculo, sea bueno o malo, lo que indica que no hay mucha cultura flamenca, conocimiento.

En los setenta los aficionados jóvenes de Sevilla nos formábamos en las peñas y escuchando los programas de radio de Miguel Acal o Emilio Jiménez Díaz. Era como ir a una escuela. Hoy no hay buenos programas de flamenco y la Cope o Radio Sevilla no se molestan siquiera en intentarlo. La Bienal podría ser un buen medio para formar a los aficionados, pero solo está en llenar teatros, vender entradas y ocupar hoteles. Si nuestra ciudad está dejando de dar artistas, buenos artistas, ¿cómo va a dar buenos aficionados? Los hay, pero son cuatro. En el Ayuntamiento no hay ningún interés en que esto cambie. Llevo décadas clamando en el desierto, pidiendo que Sevilla se interese por su patrimonio flamenco, al ser si no la cuna, sí la tierra en la que comenzó todo. Ni caso.

Habría que crear la Escuela Municipal de Flamenco de Sevilla, con sedes en sus barrios de más tradición jonda. Desde luego, un gran centro de documentación, el mejor del mundo, donde puedan investigar los estudiosos tanto de fuera como de la tierra. Si se hiciera esto, en dos décadas habría cambiado todo y a lo mejor tendríamos buenos intérpretes del cante, el baile y el toque, una buena cantera, y aficionados con criterio que no vayan a los teatros de Sevilla a hacerle la ola a la ojana, como estamos viendo en la Bienal. Un buen aficionado con buena formación no lo aplaude todo. Tiene que ser crítico con la ojana, mostrar su desacuerdo con el abuso de lo comercial y, sobre todo, denunciar lo chabacano.