Los medios y los días

Vacunas incuestionables, ojo

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18 ene 2021 / 04:00 h - Actualizado: 18 ene 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • E.P
    E.P

¿Por qué los medios de comunicación suelen presentar a las vacunas anti Covid como algo indudablemente beneficioso? ¿Qué pruebas tienen ellos? Digo ellos, ellos mismos, con sus propios periodistas investigadores y fuentes especializadas asépticas, no informando sobre la base de lo que afirman los propios fabricantes o agencias internacionales que aprueban productos cuando ya se están distribuyendo como si las grandes farmacéuticas aplicaran la política de hechos consumados y gozaran de patente de corso.

Yo no soy ningún negacionista, soy un ciudadano que como vive en democracia y en democracia por fortuna se puede acceder a muchos datos de todo tipo -ese derecho ha aumentado con la sociedad en red- me informo de diversas posturas y además ejerzo la investigación en ciencias sociales y humanidades que es lenta, muy lenta, pero que posibilita cargas especulativas, algo que no se lo puede permitir otro tipo de investigación, sobre todo si está en juego la salud y la vida de miles de millones de personas como es en este caso. Me cuentan que, con recursos ilimitados, como en este caso, las investigaciones concluyen antes, que una investigación sobre una vacuna suele durar unos tres o cuatro años. Suponiendo que eso sea verdad, ¿en menos de un año se tiene lista no sólo la vacuna sino su aplicación a millones de personas? Parece que sí, con lo que se deducen dos conclusiones: una, en el mundo no se hacen bien las cosas porque sencillamente no se quiere. Dos, si es la codicia la que ha llevado a la rapidez que se informe bien todo el mundo, sobre todo las muchísimas personas con enfermedades inmunodepresoras y con alergias, algunas puede que ni sepan que lo son.

Este diario ha publicado una noticia muy inquietante:Responsabilizan a la vacuna de Pfizer de 23 muertos en Noruega”. En el desarrollo de la información, firmada por Carmen Osuna, se lee: Noruega, país que ya ha recibido y administrado más de 20.000 vacunas, se encuentra en una profunda investigación a causa de 23 muertes registradas pocos días después de la inyección de las primeras dosis. Esta inmunización tan deseada y complicada a la vez, ha desatado el miedo y la indignación tanto a expertos sanitarios como a reafirmantes negacionistas de ponerse las vacunas. Lo importante está en la puntualización de los peligros y efectos secundarios de la vacuna, ya que las muertes acontecidas han sido de personas mayores de 60 años con alguna patología o alergia previa”.

Recibo mensajes donde una médica, la Dra. Natalia Prego, me habla con argumentos sobre la precipitación con que ha trabajado Pfizer a la hora de elaborar su vacuna. Esta profesional encabeza una asociación llamada Médicos por la Verdad. Sin embargo, en los programas de los medios con mayor influencia todo lo anterior es ignorado, silenciado, o bien desprestigiado, tachado como movimiento negacionista y punto final. Otras fuentes, como un joven investigador llamado Pablo Otero, nos tranquiliza narrándonos el tema de que estas vacunas son diferentes a las “clásicas” pero que al misio tiempo las pruebas con ARN se están desarrollando desde 2013. ¿Debo deducir entonces que los médicos de Médicos por la Verdad son un grupo de facultativos politizados, ignorantes e irresponsables que cumplen con alguna consigna del partido al que puedan pertenecer, poniendo sus carreras profesionales y su buen nombre en peligro? ¿Por qué no se me han ofrecido en los medios contrastes de opiniones, debates frecuentes?

Ayer domingo, los informativos más escuchados en la radio daban cuenta del comienzo de la segunda ronda de dosis de la vacuna y para ello se nos animaba contándonos que la primera persona en vacunarse de España decía que estaba mejor que nunca. En lo internacional, comenzaba un proceso masivo de vacunación en India y el primer inyectado declaraba que al fin había perdido el miedo que lo poseía y se sentía feliz. Y todo ello cuando aún no se había demostrado nada sobre el efecto real de la vacuna en su versión masiva.

Se trata de una campaña mediática orquestada y cargada de optimismo. La pregunta es porqué tanta seguridad en el beneficio de vacunas que despiertan el sistema inmunitario mediante una inyección de un trocito de ARN del virus pero que no cuentan con basamento empírico suficiente en sus efectos secundarios, ni mucho menos. Espero que al final todo salga bien y las vacunas destierren esta pesadilla por la que estamos atravesando pero si no fuera así y a corto, medio o largo plazo las vacunas originaran efectos secundarios perversos en unos ciudadanos sin información suficiente, que no se escuden los medios en nada porque ahora muchos de ellos están siendo, sencillamente, y como en tantas otras ocasiones, las voces de sus amos. Desde los grandes centros urbanos marcan la agenda del día y la mentalidad de los públicos y no suelen ni pedir perdón cuando yerran. Repito, deseo que eso no ocurra y las vacunas sean un gran hito de la ciencia que, por otra parte, es la tarea humana en la que más confío.