Editorial

Las facturas del independentismo

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17 ene 2020 / 08:00 h - Actualizado: 16 ene 2020 / 19:43 h.
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  • Fernando Grande Marlaska. / EFE
    Fernando Grande Marlaska. / EFE

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Resulta preocupante y, casi, indignante, ir conociendo todo aquello en lo que ha ido cediendo el Presidente Sánchez frente al independentismo catalán y vasco.

Conviene ir hablando de ambos casos, puesto que, aunque a diferentes velocidades, tanto catalanes como vascos buscan la misma cosa. El independentismo solo tiene un objetivo que no es otro que la disolución del estado español.

Grande Marlaska, Ministro de Interior, a pesar de ocupar un cargo especialmente delicado, no ha dudado en ningún momento en convertir su ministerio en una extensión política al servicio del presidente del Gobierno. Desde informes falsos contra C’s el Día del Orgullo Gay de Madrid hasta ceses inexplicables dentro de la Guardia Civil, han trufado la gestión del ministro de Interior.

Tanto ERC como PNV tienen en el punto de mira a la Benemérita. Y Grande Marlaska va cediendo ante separatistas de un lado y otro.

El PNV quiere fuera del País Vasco a la Guardia civil. Ahora, también, de Navarra. Incomprensiblemente a petición de los separatistas vascos (lo son), la transferencia de tráfico a la Comunidad Foral puede ser el primer paso hacía algo mucho más serio. Los vascos, más prudentes que los catalanes y haciendo política mejor que Junqueras y Puigdemont, van avanzando en lo que podríamos llamar ‘nuevo plan Ibarretxe’.

Ahora, Fernando Grande Marlaska ha cesado al director general de la Guardia Civil, Félix Azón, una figura con la que se tiene fijación en ERC. La Secretaria de Seguridad es otra víctima. Ya afeó la conducta de sus jefes policiales cuando se detuvo, el pasado septiembre, a nueve integrantes de los CDR que formaban parte de los equipos de respuesta táctica (ERT). Se les detuvo bajo la acusación de terrorismo. Y no defendió, todo lo contrario, a Pedro Garrido, jefe de la Benemérita en Cataluña, cuando su discurso dictado el día de la patrona de la Guardia Civil dejó claro su deber constitucional y el de todos los miembros del instituto armado.

ERC quiere ganar las próximas elecciones en Cataluña y quiere tener al PSC como socio de Gobierno. Con ello se afianza su posición como partido independentista de mayor calado. Han pagado con el apoyo a Sánchez en su investidura. Ahora reclaman la deuda. Y, de momento, la Guardia Civil está pagando los platos rotos.

Preocupante, indignante y algo que nos llevará a lugares políticos intransitables.