Si buscamos un colectivo en el ámbito económico especialmente castigado por la Covid-19, encontramos a los autónomos. Y si buscamos un colectivo al que el Gobierno de Sánchez ha castigado sin compasión alguna durante la pandemia encontramos a los autónomos. Sánchez ha mostrado total indiferencia y una falta de empatía clamorosa con estos trabajadores que representan una parte muy importante de la economía española.
Los autónomos en España suman 3,2 millones de personas. Los autónomos generan riqueza y un buen número de puestos de trabajo. Muchos ya han clausurado sus negocios. La falta de ayuda del Gobierno ha sido insultante. Los fondos de ayuda han sido escasos y han llegado muy tarde. Y, por si no fuese suficiente, las cuotas a la Seguridad Social no se han perdonado en ningún caso. Ni siquiera cuando el trabajador ha enfermado a causa del SARS-CoV-2.
El Gobierno parece desesperado en su búsqueda de fondos y, por supuesto, solo encuentra en las clases medias españolas, en trabajadores como son los autónomos que verán incrementada su cuota mensual a al Seguridad Social en una cantidad que irá de 36 a 144 euros.
Los autónomos son trabajadores por cuenta propia. Son un colectivo con una problemática muy concreta. Y son muy críticos con la gestión que ha llevado a cabo el Gobierno durante esta crisis sanitaria que seguimos viviendo. De momento, el Gobierno les sigue apretando sin compasión (la Asociación de Trabajadores Autónomos, que aglutina al 50 por ciento de ellos, se quedará, de momento, sin el 80 por ciento de la subvención que recibía para el fomento del trabajo).
Hoy son los autónomos; mañana puede ser cualquier otro grupo de personas. La desesperación y el ansia recaudatoria del Gobierno ya no han podido esconderla más tiempo. Veremos.