Urge la renovación del CGPJ para conservar calidad democrática

No puede haber democracia si al justicia de un país está presa de los políticos. Y eso es lo que se está demostrando con la falta de entendimiento y la batalla estúpida que PP y PSOE mantienen desde hace más de mil días. Resulta penoso comprobar que los políticos españoles andan escasos de altura de miras y sentido de Estado.

La división de poderes es un claro indicador de lo que supone la democracia de un país. En España la politización de la Justicia es tan burda y tan poco edificante que ya pone en peligro la salud de un régimen del que deberíamos poder presumir por siempre jamás. Sin embargo, la renovación del Consejo General del Poder Judicial se dibuja como si fuera el reflejo de la lógica aritmética que se maneja en el parlamento español y como si fuera un calco de las intenciones partidistas respecto al control de instituciones que deberían ser independientes.

El intento de cambio de las mayorías necesarias para renovar el CGPJ por parte del Gobierno actual; el constante ataque a los jueces si dictan sentencias contrarias a los intereses del Gobierno; y una especie de estado de asalto constante al poder judicial; parece que es la constante con la que tenemos que convivir. Y esto es, sencillamente, desastroso. Así lo han recordado desde Bruselas. Ese amago de cambio normativo para poder renovar el órgano de control de la judicatura ya costó a España un aviso serio de la UE que evitó que nos colocáramos a la altura de países como Hungría o Polonia en material judicial y de falta de calidad democrática. Por otra parte, el PP pide cambios ahora que en ese partido no se acometieron disponiendo de mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Todo es vergonzoso y desalentador.

Es necesario que la renovación del CGPJ se produzca lo antes posible. Si existe voluntad política se puede hacer en un tiempo bastante aceptable.