Patrimonio

La Giralda reanuda sus obras: licencia para restaurar los balcones, que tendrán bancos de piedra caliza

La Gerencia de Urbanismo aprueba este miércoles una intervención inédita en esta torre, con los trabajos de restauración y acondicionamiento en los huecos de las caras sur, este y oeste, una vez finalizados los de la fachada norte

La Giralda de Sevilla seguirá con sus obras de restauración, en esta ocasión con los huecos de las caras sur, este y oeste

Catedral de Sevilla

Rafa Aranda

Rafa Aranda

El proyecto de intervención general en la Giralda de la Catedral de Sevilla aún no ha acabado. En los próximos cuatro meses la torre volverá a estar en obras para terminar una quinta fase, que va destinada a la restauración y acondicionamiento de sus huecos. Los famosos balcones. El pasado mes de marzo fue el final de la intervención exterior de este monumento, que hoy ya luce de la forma más parecida al momento de su construcción en el siglo XVI. Y la Gerencia de Urbanismo concederá licencia de obra para continuar con los trabajos, que son inéditos y no se habían hecho hasta ahora.

En su reunión de la Comisión Ejecutiva este miércoles, Urbanismo dará el visto bueno para que el Cabildo retome este proyecto dirigido por el arquitecto Eduardo Martínez Moya. Anteriormente, en la obra finalizada en marzo, ya se intervino completamente en la cara norte y se restauraron sus huecos. En esta ocasión, se hará de manera idéntica con las caras sur, este y oeste.

Una vez se conceda esta licencia y finalice el proceso de licitación y adjudicación, cuenta Eduardo Martínez a El Correo de Andalucía se quiere "empezar lo antes posible" para que dentro de cuatro meses pueda estar todo finalizado.

La idea es que no afecte a las visitas a la torre, de manera que se hará de manera ininterrumpida y sin consecuencias con el tráfico habitual de turistas y visitantes. “Tiene las dificultades de trabajar en la Giralda sin alterar la visita turística, hay que respetarlo al máximo”, añade Martínez.

Así se restaurarán los huecos

Según explica este arquitecto la intervención se realizará en todos los huecos de las tres caras restantes, con la dificultad añadida de que "un hueco de la Giralda no es el de una fachada normal, ocupa un determinado volumen y hay que intervenir en el techo y el pavimento".

La restauración y consolidación incluye actuar sobre ladrillos y morteros, con los mismos criterios que en los techos, los cuales son de dos tipologías. Hay unos con adintelado de madera y otros con bóvedas de ladrillo.

También se actuará en las rejas de protección de los balcones, que serán renovadas para "poner unas más idóneas para la protección, por ejemplo ante cualquier caída de algún material", y que también realizan la función de protección para que no se asomen las personas.

Nuevos bancos

Eduardo Martínez también confirma a este medio que se intervendrá en el pavimento y según el hueco se podrá colocar un banco de piedra caliza, llamada piedra blanca paloma, como en otras intervenciones históricas de la Giralda.

Cuenta este arquitecto que "en algunos cabe un banco para dos o tres personas para que descansen".

La reforma anterior

Si durante la primera intervención de la cara oeste, en 2017, se conoció que la Giralda un día fue roja, con el fin de las obras los responsables descubrieron que también tuvo tonos dorados en la época de la contrarreforma. Además, salieron a la luz numerosas formas geométricas y vegetales que habían sido ocultadas, debido a la falta de medios como los que tenemos hoy en día, durante las numerosas reformas a las que ha sido sometida.

La reforma, que parece sencilla, reveló figuras que se habían perdido por completo con la erosión de los años. Los restauradores fueron capaces de recuperar formas que no se veían desde el siglo XVIII y recrear estructuras que eran completamente inidentificables. Los elementos de piedra que estaban más dañados fueron retirados de la estructura y se guardaron y siglado "a buen recaudo", según el propio arquitecto.

Aunque la Giralda es una torre "fortísima" y no ha habido peligros en ningún momento, también se ha tenido que reformar su estructura. Entre los trabajos más importantes ha estado la renovación de los funchos, anillos de hierro, que se colocaron para subsanar los daños que le causó el terremoto de Lisboa, en 1755. Estas sujeciones ya no estaban funcionando por el paso del tiempo y hasta esa última cara norte no se pudo culminar su actualización.

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