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Aguado, en su última tarde en la plaza de la Maestranza el 18 de septiembre del pasado año. Foto: Arjona Toromedia
¿Serán los diestros Morante de la Puebla, Juan Ortega y Pablo Aguado los oficiantes de la inauguración de la temporada taurina sevillana el Domingo de Resurrección? De ser así, serían los encargados de recuperar la normalidad perdida en las temporadas de 2020 –año en el que la plaza permaneció cerrada- y 2021, en el que la campaña se redujo a un atípico y largo ciclo de San Miguel después de aplazar los festejos previstos para primavera. Todo está sujeto a la lógica cautela aunque la primicia ya la dio Álvaro Acevedo en ‘Cuadernos de Tauromaquia’ dando carta de naturaleza a algunos de los rumores que circulaban en las últimas fechas en torno a la nómina de matadores que conformarían el cartel.
Se trata de uno de los festejos más relevantes del calendario taurino mundial en el que, atendiendo a su particular idiosincrasia, tampoco cabrían muchos más nombres más allá de uno, a lo sumo dos, que también siguen en la mente de los aficionados. El avance de Acevedo también ata a la corrida de Juan Pedro Domecq a la misma fecha aunque otras informaciones apuntan que podría ser la de Jandilla, una de las divisas que parecen fijas en la agenda del diestro de La Puebla, verdadero eje sobre el que gira todo el abono sevillano. Una u otra opción, en cualquier caso, aún carecen de cualquier oficialidad en espera de la presentación de los carteles por parte de la empresa Pagés, que suele rondar día arriba o día abajo el Miércoles de Ceniza.
Se trataría, evidentemente, de una terna de neto sabor sevillano que respondería a los dimes y diretes de esa afición que Ramón Valencia, empresario del coso del Baratillo, asegura “escuchar” a la hora de poner en pie la fachada más reconocible de la temporada baratillera. La combinación de nombres no sería nueva aunque ya empieza a consolidarse como un activo importante para las ferias de 2022, sustituyendo otras ternas que empiezan a desprender olor a naftalina. El primer empresario en anunciarlos juntos había sido, precisamente, el propio Valencia aunque el empeño se acabó frustrando. Tenían que haberse visto las caras en Sevilla el día 24 de abril de 2021 pero el aplazamiento global de la temporada preparada para primavera, que se sumó a las corridas previstas para San Miguel, desplazó un cartel que, entre unas cosas y otras, aún no ha podido ser visto en Sevilla. Hubo que esperar al 20 de agosto para que José María Garzón los reuniera por primera vez en la plaza de la Malagueta con toros de Juan Pedro Domecq. Aún volverían a hacer el paseíllo juntos en la localidad cordobesa de Lucena ante un envío de Murube, el pasado 5 de septiembre.
Morante y Juan Ortega, hacen el paseíllo en el mano a mano del pasado 24 de septiembre. Foto: Arjona-Toromedia
No había podido ser en 2021
Morante de la Puebla, máximo triunfador de la pasada temporada, tiene ya unas cuantas ‘resurrecciones’ en su hoja de servicios. Será, eso sí, el debut de Juan Ortega y Aguado en la deslumbrante jornada que pone punto y aparte en la Semana Santa de Sevilla y abre las puertas de la Pascua Florida y con ella, de la anhelada Feria de Abril. En el caso de Pablo, se había ganado el puesto después de la histórica tarde del 10 de mayo de 2019 que supuso su eclosión definitiva en la primera fila. Contra todo pronóstico, no llegó a estar anunciado en el Domingo de Resurrección de 2020 por cuestiones de fontanería taurina: coleaba la elección de una corrida de Garcigrande por parte del entorno de Roca Rey que, finalmente, quedó en papel mojado después que el estallido de la pandemia enviara todo al garete.
Los platos se recompusieron en 2021, anunciándolo con Morante y Roca para inaugurar una campaña que ya se presuponía singular. La programación que se pensó para la primavera había dejado pasar la emblemática fecha del Domingo de Pascua pero aún hubo que esperar cinco meses más –la normativa autonómica impidió que la plaza se abriera al 50%- para que dicha terna –Morante, Roca y Aguado- oficiara la reapertura de la plaza del coso maestrante después de 707 días de indeseada sequía taurina. Fue el mismo día que la rodilla de Pablo Aguado dijo basta frustrando el primer encuentro de los tres tenores sevillanos en la plaza de su tierra. No podía ser de otra manera: el festejo previsto acabó convirtiéndose en un mano a mano entre Morante de la Puebla y Juan Ortega que ya habían sostenido un primer vis a vis el 12 de octubre anterior en la plaza de los Califas de Córdoba.
Ortega, con alternativa de septiembre de 2014 en Pozoblanco, había tenido que aguardar a 2020 para verse incluido en los carteles de la plaza de la Maestranza como matador. La expansión del virus lo dejó todo en agua de borrajas pero las sucesivas actuaciones del torero en esa misma campaña –de Linares a Jaén- revalorizaron su papel y avalaron su inclusión en los carteles de 2021 con galones de primer actor. La historia se repitió: los tres bolos contratados fueron concentrados en otoño, revelándose como un grandioso capotero y un intérprete del toreo más clásico. Ortega, sin redondear un triunfo grande, logró impactar en el público sevillano. El poso ganó al peso de las orejas.
Eso sí, la plaza de la Maestranza no será el primer escenario que contemple a los nuevos tres tenores del toreo sevillano en la cada vez más cercana temporada de 2022, un año que debe acortar la distancia a la definitiva normalidad. La misma terna está anunciada el próximo 17 de marzo en Valencia para estoquear una corrida de Juan Pedro Domecq en la feria de Fallas. Y el día 16 de abril, Sábado Santo, volverán a verse las caras en la reinauguración de la plaza de La Línea de la Concepción. Al día siguiente, previsiblemente, les podría esperar la trascendental cita de Sevilla.