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La agricultura ecológica es uno de los sectores que más empleo verde crea. / Manuel Rodríguez
Asimilar la importancia de disponer de un cielo nocturno libre de contaminación lumínica y del derecho a disfrutar del cielo estrellado es uno de los objetivos del curso Preservación del cielo nocturno, que está integrado en el Plan de Formación Ambiental que la Junta de Andalucía puso en marcha en 2009. Los participantes aprenden nociones de astronomía y contemplan las posibilidades que presenta el turismo astronómico. A lo largo de la historia, la contemplación de las estrellas había sido un asunto que había ocupado a bardos o pintores, pero no a economistas. La apuesta por la defensa del medio ambiente y de la biodiversidad también puede ser una oportunidad para el emprendimiento y la creación de riqueza o puestos de trabajo. Esta podría ser una definición de lo que los expertos en la materia denominan como economía verde o empleo verde.
Unos 9.000 jóvenes han participado a lo largo de los últimos seis años en las 427 acciones formativas que han estado incluidas en este plan. El beneficio de esta propuesta es doble. Al mismo tiempo que se apuesta por una economía más competitiva se ponen las condiciones para mejorar la calidad de vida. En este sentido, Andalucía presenta un marco geográfico privilegiado para el desarrollo de estas iniciativas: el 30 por ciento de su territorio está incluido en la Red Natura, cuenta con 241 espacios naturales protegidos, además de 22 parques naturales. El Observatorio de la Sostenibilidad en España señaló en un informe de 2010 que Andalucía reunía al 17,2 por ciento de los puestos de trabajo relacionados con el medio ambiente que existían en España, solo Cataluña con un 17,6 contaba con un porcentaje superior.
La agricultura ecológica, los servicios ambientales a empresas o la gestión del agua son algunos de los sectores que más puestos de trabajo generaron en el ámbito de la economía verde, según apuntó un informe del portal de empleo Enviroo en 2013, que además apuntaba que en ese año se publicaron un 24 por ciento más de ofertas de empleo verde que en 2012. «Estas oportunidades solo se aprovechan desde la formación, desde la apuesta educativa para preparar a nuestros jóvenes en las mejores técnicas y hábitos con los que afrontar los grandes retos que nos propone el medio ambiente», apuntaba hace unos días el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, tras anunciar la petición que la Junta de Andalucía ha hecho a la Unión Europea para la puesta en marcha de un nuevo Plan de Formación Ambiental, que se prolongue hasta 2020.
La caza furtiva o la protección de especies en peligro de extinción son amenazas que provocan oportunidades. La guarda y custodia, por ejemplo, del lince ibérico exige la formación y la disponibilidad de personal especializado en todo lo que conlleva la conservación del felino. Uno de los cursos que el plan tiene previsto celebrar antes de que acabe el año es el de Técnicas Forenses, criminalista y policía científica aplicados a los delitos contra la fauna, un programa de aprendizaje para la creación de un CSI ecológico en Andalucía.
El informe económico de la Oficina del Presidente en 2009 estimaba que hasta 2020 se podrían generar más de dos millones y medio de puestos de trabajo en España. La Junta de Andalucía calculó más de 18.000 solo en 2014. Pese a la bonanza de las cifras, hay quien le encuentra las vueltas a esta apuesta por la economía. Algunos expertos económicos alertan de que se trata de un sector «demasiado primado» por las administraciones por lo que la rentabilidad no es tanta como se vende desde los organismos públicos.