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El perfil del alumnado de los ciclos formativos ha cambiado en los años de la crisis. / Javier Díaz
El Consejo Permanente de la Formación Profesional, que unifica a los máximos responsables en la materia de las consejerías de Educación y Empleo, se reúne este lunes para tratar de poner en orden toda la dispersa normativa de la Junta que tiene que ver con la FP. A ese foro llega el borrador, muy incipiente, de la nueva orden de acceso a los ciclos formativos de grado medio y grado superior de FP. Esta norma introduce cambios en los criterios de admisión, y debe estar lista antes del próximo 1 de junio, cuando se abre el plazo de matriculación.
El texto de dicha orden introduce un cambio sustancial: la Consejería de Educación ha corregido los criterios de acceso para primar a los estudiantes que acaban de terminar la educación Secundaria –a partir de los 16 años– y quieren matricularse en un ciclo de FP. El departamento de Adelaida de la Calle quiere solucionar así un problema de sobredemanda de plazas de Formación Profesional que surge a raíz de la crisis económica. La alta tasa de paro y las dificultades para acceder al mercado laboral han hecho que muchos parados e incluso trabajadores con empleo, poco o muy cualificados, se matriculen en un ciclo de FP buscando reciclarse o encontrar otra salida laboral. Un caso significativo es el de licenciados en Arquitectura que quedaron en paro cuando estalló la burbuja inmobiliaria y buscaron una salida en un ciclo formativo de Topografía o algún campo profesional relacionado con su oficio.
Todo esto ha provocado que en los últimos dos años la demanda de ciclos formativos se dispare muy por encima de la oferta de plazas, que ya de por sí es exigua para una comunidad con 8,5 millones de habitantes. En el curso 2014-2015 se inscribieron en junio casi 90.000 personas para estudiar un ciclo de FP, de los que sólo fueron admitidos 56.000. Volvió a suceder el curso pasado, con otras 90.000 solicitudes y 40.000 matrículas rechazadas por falta de plazas suficientes.
La Junta busca ampliar paulatinamente la oferta de FP, sobre todo en grado medio, pero entretanto ha optado por modificar las normas de acceso para primar a los jóvenes sobre los parados o trabajadores de más edad que buscan reciclarse. Entre otras cosas, porque al quedarse fuera los chavales que acababan de terminar la Secundaria, sin acceso a la FP ni interés por entrar en Bachillerato, terminaban computando como abandono escolar temprano [jóvenes de entre 18 y 25 años que deja sus estudios tras la etapa obligatoria]. La futura orden de acceso a la FP también introducirá un apartado para evitar que un mismo aspirante acapare una plaza de Bachillerato y varias de FP hasta que empiece el curso, en septiembre. El estudiante que termina la Secundaria tiene garantizado un puesto de continuidad en Bachillerato, lo cual, hasta ahora, no le impide solicitar matrícula en varios ciclos formativos de FP. Tiene asegurado el Bachillerato por si no es aceptado en ninguno de los otros cursos, o bien, es aceptado en un ciclo, pero decide esperar a septiembre para decidir si se matricula en Bachillerato o en FP. Educación quiere introducir un punto en la orden para obligar al alumno a elegir antes y descartar una de las dos opciones.
En el curso 2009-2010, 75.073 personas solicitaron estudiar un grado de FP. Tres años después, con la crisis en auge, (2013-2014), las solicitudes se dispararon hasta las 96.411, un incremento del 22,13 por ciento de la demanda. Antes de la crisis, sólo un 5 por ciento de personas estudiaba un grado de FP en la privada (mucho más caro) pero la cifra se ha triplicado desde entonces. La oposición ha llamado la atención a la Junta por esta situación.