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Miguel Torrecilla, Tonny Sanabria y Ángel Haro, ayer viernes en el Villamarín / Manuel Gómez -
Moussa Konaté, en un partido con Senegal / Michael Regan
El Betis regresó ayer al trabajo después de dos días de descanso para que los futbolistas se recuperasen de la intensa concentración de Marbella, esta tarde afronta un amistoso con el Fulham inglés y horas después se marchará a Alemania para permanecer allí casi una semana y participar en la exigente Dresden Cup, en la que se medirán con el Werder Bremen y el Everton. Y durante todo este tiempo, sin solución de continuidad, la dirección deportiva trabaja y trabajará para apuntalar el grupo de Gustavo Poyet con tres o cuatro refuerzos más. Miguel Torrecilla, de hecho, sólo irá a Alemania para ver los encuentros, el viernes y el sábado.
Por orden de prioridad, el gran objetivo verdiblanco de aquí al final del mercado es un pivote defensivo. El francogabonés Mario Lemina fue un sueño imposible para Miguel Torrecilla y compañía, aunque por el camino se encontraron con una buena predisposición por parte de la Juventus. Lemina era una utopía, pero la vecchia signora ofreció al Betis tres jugadores de su propiedad que se desenvuelven en esa misma posición. Ninguna alternativa era viable, ya que todos son extracomunitarios.
Ese mediocentro de contención es el objetivo número uno, pero por orden cronológico lo más probable es que el primero en llegar a Heliópolis, quizá para el viaje a Alemania, sea el último delantero, el que complete esa terna que ahora mismo forman Rubén Castro, Tonny Sanabria y Álex Alegría. El último nombre vinculado al Betis, según el diario Le Nouvelliste, es el senegalés Moussa Konaté, que pertenece al Sion y responde a ese perfil de polivalencia que busca Torrecilla, ya que también puede actuar en la banda. Tiene 23 años, contrato hasta 2017 y puede costar 6 millones de euros. La pasada campaña marcó 10 goles en la Super Liga suiza. Este verano ha sonado para el Tottenham.