Los triunfos feos también valen tres puntos (2-0)

LA CRÓNICA. Rafa Navarro y Rubén Castro acaban con la sequía de triunfos del Betis en el Villamarín y baten a un Osasuna resignado a su suerte en un partido que no pasará a la historia

18 mar 2017 / 22:58 h - Actualizado: 19 mar 2017 / 17:05 h.
"Crónica Real Betis"
  • Sanabria cabecea un balón hacia la portería osasunista. / Manuel Gómez
    Sanabria cabecea un balón hacia la portería osasunista. / Manuel Gómez

El Betis volvió a ofrecer una victoria al Villamarín, dos meses y medio después de la última vez, y Rubén Castro volvió a celebrar un gol propio, también dos meses y medio después de la última vez. Rafa Navarro, además, marcó su primer tanto con el primer equipo. Y fue una noche tranquila porque Osasuna hizo de lo que es, el colista y el peor conjunto de la Liga. Pero no fue una noche de alegría ni ilusión. El triunfo sólo fue un trámite, el resultado de un encuentro malo, aburrido y lento. El Betis lo debió de ver tan sencillo que no dio el paso adelante para acompañar el resultado con un buen fútbol y su rival, mentalmente en Segunda, tampoco le exigió un esfuerzo extra. Pero el Betis ganó, evitó el inexplicable fallo que habría supuesto tropezar ante el último de la fila... y los triunfos, aunque sean feos, valen los mismos puntos que los bonitos. Dicho lo cual, así es imposible que los verdiblancos alcancen su objetivo: acabar décimos.

El Betis se movió desde el principio con una comodidad inaudita. Osasuna, que con 11 puntos en 27 jornadas se juega la vida en cada partido, no presionó lo más mínimo en el centro del campo y además estuvo a punto de marcarse un autogol a los 40 segundos: Clerc hizo un extraño despeje-cesión hacia su portería y Sirigu evitó el ridículo con la punta de la manopla. Tres minutos después, un pase a ninguna parte se convirtió en una asistencia inesperada para Rafa Navarro, que aprovechó el pasotismo de los defensas para plantarse ante el meta rumano y batirlo con el exterior. Gran definición e inmejorable arranque de choque, claro está.

El tanto, curiosamente, sentó peor al Betis que a Osasuna. Dueño absoluto de todo lo que ocurría, el conjunto de Víctor se enfrascó sin embargo en un toqueteo del balón que no conducía a ninguna parte, sólo a estirar sus líneas más de lo debido. Los rojillos, con un buen trabajo de Jaime Romero por la derecha, explotaron las adelantadas posiciones de Durmisi (sobre todo) y Rafa Navarro y fue así como empezaron a crear problemas a Adán. Dos ocasiones generó el colista: Sergio León se topó con el larguero tras una internada de Clerc por la izquierda y Jaime se topó con Adán tras un peligroso zurdazo.

El Betis reaccionó por inercia y por las primeras protestas de la afición. Tal como estaba el choque, sin centrocampismo ninguno, no hacía falta mucha elaboración para llegar a las áreas y los de Víctor volvieron a rondar a Sirigu en un chut desviado de Sanabria y una peligrosa falta de Durmisi. A la tercera llegó el 2-0. Su autor fue, por fin, Rubén Castro, que recogió un pase de Rafa Navarro para quedarse solo ante el portero y, esta vez sí, regatearlo y marcar a meta vacía. No se había cumplido ni la media hora y la noche no parecía tener mucha más historia, aunque Mandi estuvo a punto de buscarse un lío en un uno contra uno ante Sergio León. Antes del descanso, un defensa evitó el doblete de Rafa Navarro tras una internada de Rubén Castro. El Betis se estaba echando una siesta ganadora y ni siquiera requería de los servicios de Dani Ceballos o Durmisi, por citar sus focos de luz más habituales.

Si pobre había sido la primera parte, qué decir de la segunda. Los jugadores del Betis regresaron del vestuario como si hubiesen donado casi toda su sangre en el intermedio y Osasuna trató de creer un poco en sí mismo, así que amenazó a Adán. En diez minutos, Kenan casi marcó a bocajarro, Loé chutó fuera desde lejos y Roberto Torres se quedó solo, pero dudó y el guardameta le ganó el vis a vis.

En ese mismo momento se acabó el partido. El colista, abocado a su fatal destino, no tuvo ya ni fuerzas ni confianza ni atrevimiento para ir de verdad a por el Betis, a pesar de su evidente desidia, y el equipo de Víctor, que se veía ganador aun ahorrando gasolina, tampoco se esforzó por abrillantar el triunfo. Brasanac, que con su movilidad y trabajo se ha ganado la suplencia en perjuicio de Petros, se exilió a la banda derecha por indicación del míster y Dani Ceballos apareció más, sí, pero el ritmo de todos los demás fue tan cansino, tan triste, tan falto de chispa, que el choque fue puro aburrimiento. Rubén Pardo lo intentó en una falta lateral, Rubén Castro no remató bien un centro de Durmisi, Adán despejó un cabezazo de Sergio León que se disponía a remachar Kenan, Brasanac se desequilibró cuando estaba solo ante Sirigu y Álvarez Izquierdo, que cómo no sería el partido que acabó pasando desapercibido, anuló el 2-1 a Sergio León por falta previa a Pezzella. A esas alturas, Víctor ya había hecho tres cambios conservadores, incluido el relevo de Rubén Castro. Y no hubo más, la verdad.

REAL BETIS: Adán; Rafa Navarro, Mandi, Pezzella, Tosca, Durmisi; Brasanac, Rubén Pardo (Donk, m. 81), Dani Ceballos (Petros, m. 88); Sanabria y Rubén Castro (Joaquín, m. 65).
CA OSASUNA: Sirigu; Aitor Buñuel, Oier, Vujadinovic, Clerc; Loé, Fran Mérida (Causic, m. 70); Jaime, Roberto Torres (De las Cuevas, m. 74), Kenan; y Sergio León (Oriol Riera, m. 74).
Goles: 1-0, m. 4: Rafa Navarro. 2-0, m. 28: Rubén Castro.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Kodro (8’), Fran Mérida (50’) y Aitor Buñuel (60’).
Incidencias: partido de la 28ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 32.375 espectadores.